—_______— la castaña observó al mayor y como este mismo sostenía una de las tostadas quemadas que ella preparó
—Lo siento— Murmuró por lo bajo —Tengo una extraña preferencia por hacerlas así
—Tú extraña preferencia es hacerlas quemadas— dejó la tostada sobre la mesa y despidió a su hija
Al salir, su rubio compañero la esperaba en la puerta de su casa, listo para comenzar su camino hacia el trabajo
—Buenos Día Julián— saludó la castaña
—Buenos Días _______— sonrió el chico —¿Te dijeron que tenías?
—Estoy bien, dicen que puede ser estrés y me dieron algunas pastillas para dolores— sacó de su bolsillo un pequeño frasco anaranjado con tapa blanca, dónde dentro se veían las pastillas ovaladas
—¿Querés ir más tarde a algún spa?— soltó una risa mientras cruzaba su brazo por los hombros de la contraria —Podemos ir juntos, quizás te ayuda con el estrés
—Me comprometí con Ken— confesó ella
—Oh, bueno, será otro día— negó el rubio —Tú papá me dijo que últimamente tienes problemas con las tostadas
—Comenzaron a gustarme hacerlas diferente— restó importancia
—¿Quemadas?
—Inusuales
El rubio soltó una risa y negó divertido
—¿Esos son los chicos?— la castaña señaló a unos cuantos pasos a su trío de amigos
Ambos se acercaron hasta finalmente estar junto a sus conocidos, intercambiaron miradas confundidas antes de poder hablar
—Chicos, ¿Que hacen afuera?— Julián buscaba a su alrededor alguna respuesta física
—Pedro...— Elena volteó a verlos, con frustración presente en su mirada—Vendió la cafetería
—¿Qué?— La castaña se sobresaltó al oír aquella confesión
El silencio se hizo presente, ninguno sabía que decir o hacer, no era posible, ¿O sí? El dueño de esa cafetería la construyó a mano propia durante años y ahora simplemente, la desechaba como si fuera un simple trapo sucio
—¿Lo llamaron? ¿Él les dijo?— Julián se veía preocupado
El mayor tendió su mano con una nota en ella, el dúo recién llegado la tomó y observaron atentos aquellas palabras escritas
—Es un idiota— frunció su seño Ezequiel —Al menos podría dar la cara y avisarnos
—¿Quién se lo compró?— La castaña arrugó aquella nota y la tiró al canasto más cerca que tuviera de basura
—Ahí va mi única oportunidad para manteneme— Bufó el pelinegro
El grupo observó durante algunos minutos el cartel pegado a la puerta, las letras que formaban aquella palabra “Cerrado” y que en ese mismo momento tanto odiaban
—Se que no teníamos muchos clientes, pero Pedro no tenía problemas económicos como para venderlo así como así— comentó el mayor presente —Y si así fuera, nos podría haber dicho...
—¿Ahora que le diré a la abuela?— Julián cubría su rostro con preocupación —Tengo tres hermanos más chiquitos y este trabajo me ayudaba con el tema del dinero
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¿Híbridos?
FanfictionDonde una adolescente despierta de un extraño sueño y decide continuar su vida con normalidad Hasta que pequeñas acciones la hacen confundir, sin saber si lo que pasó fue un sueño o algún tipo de casualidad extraña ¡Tokyo Revengers y tú! Los perso...