¿Híbridos?

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Soltó un pesado suspiro, eso era a lo que se refería el otro día, ya no existen días en paz.

Ahora se encontraba caminando con Manjiro y Ken, ambos charlando de quién sabe que, Manjiro comiendo uno de los dorayakis que justamente ella le había preparado

Y ella solo caminaba, ¿Por qué? Porque fue arrastrada por ese dúo.

—¿Eso es una pelea clandestina?— Murmuró Manjiro, por lo que levantó la vista en aquella dirección

Sip, definitivamente no le interesaba en lo más mínimo.

Ya jodia mucho hacerse creer que todos los dolores eran estrés, pero no tenía nada más que eso, Su salud estaba bien, se alimentaba y dormía adecuadamente

Y es imposible que un sueño loco sea el causante de todo.

—Están haciendo mierda al pobre chico— Murmuró Ken

Ambos rubios comenzaron a caminar, quiso darse la vuelta y huir, pero su mano fue instantáneamente tomada por el rubio más bajo y fue arrastrada junto a ellos haciendo una entrada dramática

—Uhm, ________, se me acabó mi Dorayaki— comentó sonriente Manjiro, con su vista fija en la nombrada

—Luego te preparo más— Murmuró con desinterés

Un grito colectivo resonó por aquel espacio, “¡Buenos días, Comandante!” gritaron todos los presentes en conjunto, inclinados ante la presencia de ambos rubios

—Quiero irme— Murmuró exhausta, observando cómo uno de los jóvenes se acercaba a Manjiro con una sonrisa nerviosa

Antes de que pueda presentarse, el pequeño rubio egocéntrico pasó a su lado, ignorando totalmente su presencia

—Mikey no habla con quién no le interesa— explicó de manera corta Ken, pasando de igual manera a su lado

Y, finalmente, ella intentó pasar

—Soy Akash-

—No me interesas— cortó al instante, con ambas manos en los bolsillos y una mirada cansada

Prácticamente, corrió al chico con la mirada, cosa que funcionó en la vida real ya que se hizo a un lado

—Que actitud— Rió Manjiro, sonrió levemente y miró al chico caído frente suyo

—¿Uh?

Aquel rubio estaba herido de pies a cabeza, con sangre tanto seca cómo reciente y su piel comenzaba a mostrar leves tonos morados indicando futuros moretones

Estaba hecho mierda.

—¿Cuál es tu nombre?— preguntó el pequeño rubio, hinchándose frente al desconocido y tomándolo por la nuca 

—¡Takemichi Hanagaki!

Por unos instantes, desconectó su cerebro, podía verlos hablar y moverse pero realmente no era de su interés, ella solo quería volver a casa con su padre, jugar algún videojuego con Julián o inventar teorías conspirativas con Killow

¿Era mucho pedir acaso?

—A partir de hoy— sacudió su cabeza con rapidez, volviendo al mundo real, para su desgracia —Seras mi perra♥

Parpadeó confundida al oír eso último, ¿Así se trataban los japoneses? El anime le mentía mucho entonces

—¿Podemos quedarnos a Takemitchy?— preguntó con emoción —¿Podemos? ¿Podemos?