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Eran prácticamente las once de  la noche, once y cuarto para ser más específicos, era totalmente imprudente e impulsivo querer tomar un tren de seis horas que la lleve al pequeño pueblo de su casi abuela

Pero tenía una excusa válida, estaba agobiada, sofocada, y quería escapar

—Me mandas un mensaje cuando llegues— recordó por tercera vez su acompañante, Kill —Y también uno cuando vuelvas, así te espero en la estación

—Estaré bien

—Lo sé, pero siempre es bueno estar precavidos

Intercambiaron miradas, Él se veía preocupado, pero solo recibió una pequeña sonrisa por parte de la contraria

—No sueles ser así de impulsiva, ¿Estás segura de esto?

—Ah, no lo sé— Murmuró, soplando al aire para poder ver  el pequeño humo que se formaba por su aliento

Ambos detuvieron su paso, ya en la estación de tren, esperaron en silencio que el silbato sonara indicando que el vehículo ya venía

—¿Le avisaste a alguien que te irías?

—No, todo fue planeado al momento— comentó, buscando su teléfono entre sus bolsillos

Viernes 23;22 p.m
3 Mensajes de Julián 🍀
1 Mensajes de Papá 🌪️
5 mensajes de Kazu🐅

Su respiración era lenta pero continua, intentaba pensar si debía ver aquellos mensajes o no, si debía responder o avisar

Abrió el chat de su mejor amigo

·¿Al final que pasó con la señora loca? ²¹·²³
·_________, Kazu me mandó mensaje preguntando si estás conmigo, ¿Qué pasó? ²²·⁰⁰
·Ya salí de la casa de Jess, ¿Querés que vaya para allá? ²²·¹⁰

·Me voy a lo de la abuela Rose✓✓

Levantó una ceja al ver que su mensaje fue recibido y leído al instante

·A lo de Rose? Ahora? Pero son como 6 horas de viaje ²³·²⁵
·te vas ahora ahora? ²³·²⁵

·Ahora Ahora, por eso te estoy avisando

·Fue muy malo? ²³·²⁶

·Lo hablamos cuando vuelva
·Ella sí era Ludmila
·Nos vemos en otro momento, Julián

Suspiró y apagó su teléfono antes de que le comenzarán a llover más mensajes

El silbato sonó, indicando que el tren no tardaría más de cinco minutos en llegar, por lo que volteó a ver a su acompañante

—¿Segura que estás bien yendo sola?

—Estoy segura, Kill— repitió por novena vez —Gracias por preocuparte

—No agradezcas, somos amigos

El tren finalmente llegó, frenó y abrió sus puertas, ella tan solo abrazó una última vez a su acompañante, prometiendo avisar cuando vuelva y, dando un último saludo, subió al tren, entregando su boleto al señor que los pedía

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