Capítulo 13

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―hay algo que este consejo debe discutir, me gustaría saber, porque el patriarca hizo la adopción de una niña, sin siquiera pedirnos...

―un momento Gilmat, ―interrumpió William, ―me estás diciendo que yo tenía que pedirles permiso para adoptar a Candy, acaso estas sugiriendo que no puedo tomar decisiones.

―es un asunto muy importante, algo que afecta al clan, ―respondió el hombre mayor, sin querer mostrarse intimidado por la firmeza en la voz del patriarca.

―ah, permíteme, entonces debería también consultarte por cada transacción que hago en los negocios, porque claro es algo que afecta al clan.

―por supuesto que no, tardaríamos años en completar un negocio si se hiciera así.

―a ver si entiendo, me estás diciendo que puedo tomar decisiones referentes a los negocios, pero no en mi vida privada, ¿es eso?, te estas atreviendo a poner en duda mi facultad de raciocinio, mi capacidad de decidir si puedo o no convertir a Candy legalmente en mi hija.

―por supuesto que sí, estas ingresando a alguien ajeno a la familia, eso es algo grave.

―qué curioso, pero no te pareció extraño dejar que los Leagan ingresaran al clan pese a no ser familia, si, no me mires así, se quienes los aprobaron, además de que se muy bien que fuiste uno de los que permitió que Angus y su casa fueran sacados del clan, siendo tu sangre, no te parece eso HIPÓCRITA, ―respondió con un tono fuerte el patriarca.

―eso es muy distinto, por otro lado, los Leagan son casi familia, se trata de la hijastra de Elroy ―se defendió Gilmat.

― ¿en serio?, ¿lo son?, que curioso que sus estándares cambian alrededor de sus intereses y preferencias, pues de una vez aclaro, la decisión de adoptar a Candy es mía y solo mía y no está sujeta a opinión de nadie más, porque si tanto les ofende mi hija, puedo fácilmente salirme del clan, eso sí, ustedes deberán ver por sus propios negocios en el futuro, porque yo retiraría todo el capital y bienes que pertenecen a mis hijos y a mí.

Un gran alboroto se formó, levantándose voces de inconformidad, viendo que el patriarca no estaba hablando por hablar y que decía muy en serio sus palabras.

―no es justo que nos amenaces de esa manera, pero acaso no es nuestro derecho cuestionar, esa niña ahora es tu hija, está en una posición muy alta sin mérito alguno, ―reclamo ahora Douglas.

― ¿acaso tus hijos necesitaron hacer algún mérito para merecer ser llamados tus hijos?, pero les diré, que Candy ha hecho más que eso, gracias a ella estoy vivo, hace más de un año mi hija Rosemary y yo sufrimos un atentado, el cual aún está siendo investigado, en ese momento estuve a punto de perder la vida, siendo esa niña por la que tanto están reclamando quien me salvó.

―explícate, ―pidió Cleit.

―ella me encontró, débil, cuando la noche y una fuerte tormenta estaban a punto de caer, lo que habría terminado con mi vida, ella me vio en peligro y no dudo en correr a socorrerme, reuniendo a los otros niños del orfanato en que vivía, entre todos me llevaron cargando y ella estuvo a mi lado cuidándome hasta que desperté.

―fue sin duda muy valiente de su parte, ―reconoció Clyde.

―estoy de acuerdo, pero adoptarla, no crees que es demasiado, ―recalcó Gilmat, ― ¿porque convertirla en una Andrew?

―eso es algo en lo que solo yo tengo voto y tome mi decisión, de la cual reitero no me arrepiento, por lo que no está en discusión, ahora bien, hay algo de lo que no quería hablar aun, pero visto que están tan interesados, deben saber que estoy seguro de que Candy es realmente una Andrew, lo cual soy honesto no tiene nada que ver con su adopción, la habría adoptado igual aunque no tuviera certeza del parentesco, la pregunta importante aquí es ¿quién de ustedes respetables miembros del consejo, permitió que una criatura tan preciosa, sangre de nuestra sangre, fuera a parar a un orfanato perdido en la montaña?

Pequeña Señorita AndrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora