Capítulo 17

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Capítulo diecisiete

El siempre imperturbable pelinegro tenía el rostro lleno de emociones que no podía ocultar, estaba indudablemente nervioso, se le notaba el anhelo, la esperanza y cuando finalmente apareció Candy seguida de varias de sus primitas, lanzando pétalos de rosas anunciando la entrada de Beatriz, siendo escoltada por William, esa mirada se convirtió en total devoción.

A George casi se le corto la respiración, Beatriz lucia preciosa, nunca supo de donde sacaron un vestido de novia, pero las mujeres Andrew habían preparado a la joven de una forma exquisita, esmerándose en cada detalle, demostrando el cariño que sentían por la pareja.

Richard y Eleonor eran testigos, así como varios de los muchos miembros del consejo que estaban presentes, Terry contra todos los intentos y deseos de los paladines, se sentó junto a Candy, pero tuvo que compartirla, pues William lo hizo al otro lado de su pequeña, el castaño pensó erróneamente que hasta allí llegaba todo, pero llego Albert y tomando el asiento de su hermanita la colocó en su regazo.

Pero ni así se alejó de la niña pecosa que lo tenía cautivado, su pequeño corazón infantil solo quería estar cerca de ella, pronto aprendió que no la tendría nada fácil, pues ella era muy querida por todos y tenía que compartirla, era algo frustrante para alguien que siempre fue solitario al ser hijo único, ahora de pronto estaba rodeado de tantos pequeños, en el fondo no era malo, siempre y cuando ella estuviera cerca.

Los novios estaban casi lanzando corazones por los ojos, la ceremonia fue celebrada por Vicent en calidad de capitán del barco y bendecida por un sacerdote que fue llevado de manera urgente desde otro puerto, con eso aseguraban doblemente la unión y evitaban cualquier intento de los tíos de Beatriz de invalidarlo.

La fecha de la boda en el libro de Vicent sin embargo era anterior, una vez se les declaró marido y mujer, un nervioso George beso suavemente los labios de Beatriz, los aplausos y chiflidos no tardaron en llegar, al igual que los abrazos y felicitaciones.

La pareja bailó, compartieron champaña en el brindis, no sabían de donde, pero si, había pastel, una sencilla y familiar boda con el toque personal de los Andrew, lo que la convertía en simplemente maravillosa.

Al atardecer el barco atracó en otro puerto, para despistar a los tíos de Beatriz, lo cual fue más que beneficioso, así la pareja pudo seguir disfrutando de su burbuja de felicidad.

La despedida fue algo triste para Candy y Terry, causando ternura entre los adultos, solo con la promesa que se verían pronto pudieron tener un poco de consuelo, en cambio los paladines y el resto de los primos Andrew, estaban discretamente aliviados de ver alejarse al dichoso castaño.

Esa noche Rosemary junto a Janice se encargaron de preparar a Candy para ir a la cama, William como siempre paso a darle su beso de buenas noches, mientras Albert le leía un cuento para dormir, no es que no se ocuparan de ella antes, es solo que esa noche Beatriz pasaría su noche de bodas junto a su esposo en una lujosa habitación del Waldorf–Astoria, por lo que cualquier cuidado que la niña necesitara quedaba por cuenta de ellos.

La mágica noche fue más que inolvidable para los recién casados, quienes regresaron a la mansión Andrew hasta la tarde del día siguiente, habrían tenido una luna de miel más larga, pero ambos eran demasiado responsables como para alejarse por más tiempo, además como ellos mismos decían, su vida juntos apenas y comenzaba, teniendo cada noche su propia magia llena de amor.

Días después los tíos de Beatriz se atrevieron a querer ir a sacarla de la mansión de los Andrew, los muy descarados iban acompañados incluso de policías, pero ante el acta de matrimonio no les quedo más que retirarse muy enojados y no, no con las manos vacías, puesto que George se dio el gusto de entregarles la esquela de la demanda que entablaron en contra de ellos, por estar malgastando la herencia de Beatriz y usurpando su lugar en sus propiedades y negocios.

Pequeña Señorita AndrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora