5. He sleeps alone

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Narra Kellin 

Al principio no sabía quién era el tipo a lado de Vic, no se parecían en nada, principalmente porque el chico era un maldito poste de luz y Vic... bueno, su altura es algo especial —nunca había conocido a un tipo más bajo que yo—. Además, el chico era algo más blanco en tez, aunque su piel estaba casi completamente cubierta por tatuajes. Siendo sincero, las palabras de Mike me dejaron un poco desconcertado. ¿Follarme? No sé a qué tipo de personas estaba acostumbrado a tratar, pero si pensaba que sería tan estúpido para acostarme con un completo extraño que apenas conozco hace un día, está muy equivocado. No me molestaba en absoluto admitir que era virgen a los diecisiete —lo más seguro es que mi hermana de trece ya no lo era—, y pienso seguir así mucho tiempo; además, no me gustaría estar cerca de una persona que sólo utiliza a la demás gente, odio a ese tipo de personas, y si Vic llega a ser una de ellas, lo mejor será que se aleje.
—¿Ese es el chico con el que te fuiste ayer? —preguntó mi madre, sentándose a mi lado en la mesa ubicaba al final del restaurante.
—Eh, sí.
—Me alegra que por fin estés haciendo amigos —admitió mi padre—. No puedes estar toda la vida con tu hermana como única amiga.
Sus palabras me dañaban un poco, Kailey no era mi única amiga... bueno, tal vez sí, pero no tenía por qué restregármelo en la cara.
—Papá, el problema es que no sólo es su amigo, se nota que ese "Vic" quiere algo más —murmuró mi hermana con algo de enojo en su voz. Era la primera vez que alguien se fijaba en mí antes que en ella —tanto mujeres como hombres—.
—¿Algo más? Ese chico es... ¿gay? —me preguntó mi madre.
—Yo que voy a saber; no conozco a un chico y lo primero que le pregunto es si es gay.
—Tranquilo cariño, no te pongas a la defensiva. Sabes que tu padre y yo te vamos a querer como seas, si amas a una mujer o a un hombre.
Sus palabras hicieron que casi escupiera la comida; ellos no sabían acerca de mis preferencias sexuales, y preferiría que se quedara así. A pesar de eso, me alegraba un poco saber que tenía su apoyo.
—A mí tampoco me molesta que tengas novio y no novia, con que no sea más guapo que mi pareja, me parece bien —El comentario de Kailey nos hizo reír a todos. Mis padres aparentemente sabían que tenía un novio, lo sorprendente es que no les importa que ese tal Alex sea cuatro años mayor que ella, pero bueno, es su problema, no mío.

Para mi suerte, el tema de si me gustaban los hombres, en especial Vic, o no, se dejó después de eso.
—¿Qué les parece si vamos a conocer un poco el pueblo? —sugirió mi madre. Kailey inmediatamente se negó, y no la culpo, ¿a qué adolescente le gustaba perder el tiempo viendo artesanías de un pueblo que a nadie le importa? Incluso a mí me parecía un poco aburrido, más no me negué como ella.
—Hija, sólo será por hoy, mañana podremos ir a donde tú quieras.
Oficialmente odiaba a mi padre por prometerle eso; si mis padres tenían un gusto pésimo al momento de elegir que hacer para perder el tiempo, los gustos de mi hermana me hacían querer morir; no es por ser mal hermano, pero es verdad, y más porque sus "gustos" cambiaron de un día para otro. Aún recuerdo cuando ella decía que quería ser como yo y estaba siempre pegada a un libro, escuchando la música que amaba sin importarle la opinión de la gente, vistiendo cómoda con pantalones y camisas de bandas, pero eso cambio; se volvió una persona completamente diferente, una a la que le importaba más la opinión de los demás antes que la suya, pero eso no hizo que la dejara de querer.
—Y a Kellin le tocará elegir a dónde ir pasado mañana.
Bueno, al menos por esta vez tomarán en cuenta mi opinión.

El resto del día fue algo aburrido; estuvimos caminando por horas y mis pies ya no aguantaban. Por donde miraba había artesanías de barro y enormes palmeras. El calor era insoportable y lo único que quería hacer era volver al hotel; sí, díganme amargado, pero así soy, ¿Qué puedo hacer? No me gusta ni gustará ver cómo es la cultura de otra gente, simplemente me aburre. Después de cuatro, cuatro malditas horas volvimos al hotel. Mi estómago rugía porque no habíamos comido nada en todo el día. En cuanto entramos al lobby vi a Vic hablando con una tipa de pelo castaño —tenía que admitir que era realmente hermosa—; sus ojos estaban concentrados en el pecho de la chica y a ella no parecía importarle en lo absoluto. Dios, creo que su hermano tenía razón. Él era sólo uno de esos tipos que quieren a las personas para una noche nada más.

Cuando mi familia y yo pasamos a su lado, ni siquiera me vio, y eso que nuestros hombros casi rozaron; que idiota. No quería admitir cual era el motivo de mi enojo, porque eran los celos, y si lo hacía, también admitiría que me está empezando a gustar. Y no quiero que eso pasé, nunca antes me he enamorado ni nada que fuera más allá de observar a una persona a lo lejos por temor a acercarme, pero con ver cómo estaban las parejas a mi alrededor, no me quedaban ganas de hacerlo. Durante toda la comida mi mente no pudo estar tranquila; tenía miles de preguntas acerca de Vic, ¿sería que sólo se había acercado a mí porque pensó que sería alguien fácil?, ¿Me había equivocado al pensar que alguien al fin querría ser mi amigo?
—¿Te pasa algo, cariño? —preguntó mi madre al ver que no había comido nada. El sólo estar sumergido en mis pensamientos me había quitado completamente el hambre.
—No, sólo no tengo hambre.
—Pero si te venías quejando de que tenías hambre todo el camino... ¿Es por Vic y esa chica? —dijo mi hermana. Dios, ella sabe de forma exacta como decir las cosas que no debe en el momento menos indicado.
—No, no es por eso. Me voy a mi habitación, te veo ahí Kailey.
Eso fue lo único que dije antes de dirigirme a mi habitación ignorando los reproches de mi padre. Sé que no debí de haberme desquitado con mi familia, ellos no tienen la culpa de nada, pero así soy cuando estoy enojado; no mido con quien desquito mi ira.

Aun cuando iba en el elevador mi mente no me dejaba en paz; todo empeoró cuando al salir de este y caminar a mi habitación vi a Vic meter a la misma chica a su habitación. Algo dentro de mí se removió, ¿Por qué llegué a pensar que alguien estaba interesado en mí? Sólo basta con verme, soy un asco.
Me acosté en mi cama, tratando de hacer desaparecer todos esos malos recuerdos; así era, cuando llegaba la hora de dormir mi mente me recordaba todos esos momentos que quería dejar en el pasado; el día en que todos se burlaron de mí porque alguien había dicho que me gustaba un chico, cuando el chico que me gustaba me llamó feo y dijo que le daba asco... De repente algo interrumpió mis pensamientos, fue como el ruido de cuando algo pesado cae, por un momento pensé que había sido mi hermana, pero supe que no había sido así cuando escuché unas risitas.

—Deben de ser los tipos de al lado —me dije a mí mismo, pero entonces recordé que Kailey y yo habíamos descubierto que las dos habitaciones a lado de la nuestra estaban desocupadas, y la única que quedaba era la de Vic.
No tienen idea de cómo odio a quién hizo las paredes tan malditamente delgadas. Podía escuchar todo, desde pequeños gemidos hasta como rechinaba la cama; era obvio lo que pasaba. 

Heartbreak Hotel (Kellic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora