20. There is no goodbye

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Narrador omnisciente

Cuando Kellin despertó a la mañana siguiente sintió como un fuerte agarre le impedía moverse. Su vista cayó en su novio, quien la noche anterior tuvo que cagarlo para poder traerlo al hotel. Decidió quedarse así, envuelto en los brazos del moreno y disfrutando la sensación de seguridad que le brindaba.
Sin siquiera darse cuenta, varias lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Sabía que mañana ambos tendrían que regresar a la vida real, donde la distancia y los problemas le afectarían.
Antes de que pudiera secar sus lágrimas, otra mano lo hizo de forma cariñosa y delicada.
—No llores bebé —pidió Vic, besando cada centímetro de su rostro antes de parar en sus labios—. Sé lo que estás pensando y no, nada nos afectara, y seremos capaces de mantener nuestro amor.
Esas palabras fueron de sumo consuelo para Kellin, quien trató de alejar todos los malos pensamientos de mente y dejó que su novio pasara sus grandes manos por su cuerpo.
—¿Quieres que tomemos un baño? —preguntó el mayor.
El contrario asintió, tratando de concentrarse en cualquier cosa menos en el hecho de que pronto se tendrían que separar.
Vic se levantó de la cama, dirigiéndose al baño y llenando la bañera antes de cargar a su novio hasta esta. Kellin recargó su cabeza en el pecho del moreno, dejando que el agua tibia con burbujas relajara su pequeño cuerpo.
Tenía tantas cosas en su cabeza y cada una de ellas giraba en torno a lo que pasaría con el chico de ojos marrones que se encontraba debajo de él, rodeándolo en sus brazos.
No se podía imaginar una vida sin Vic a su lado, pero tenía que empezar a hacerlo, y claro que no quería volver a ser el chico antisocial que siempre llevaba un libro consigo para fingir que su atención no estaba centrada en lo patética que era su vida.
Una suave voz lo sacó de su mente, regresándolo a la realidad con una hermosa melodía.
Maybe we're meant to lose the ones we love, but I'll fight for you till then... —Kellin se dejó llevar por cada palabra que salía de los labios de Vic, olvidándolo todo por un momento y concentrándose sólo en el chico al que quería más que a nada.
—Bebé, tengo que irme —murmuró después de haber estado varios minutos cantándole al menor.
—No quiero que te vayas —admitió, haciendo un pequeño puchero que derritió el corazón del contrario.
—Yo tampoco quiero irme bebé, pero tengo que, estaré de vuelta pronto, te quiero —dijo, para después besarlo y poder secarse. Salió del baño, dedicándole un último "te quiero" antes de dejarlo completamente solo. El menor sabía que su novio estaba planeando algo, pero decidió restarle importancia.

Sin nada más que hacer, Kellin lo imitó y después de vestirse se dirigió a la habitación que hace días compartía con su hermana. Cuando abrió la puerta la encontró acostada sobre su cama, simplemente viendo al techo como si eso fuese lo más importante en el mundo.
Se acercó hacia ella con cuidado de no hacer ningún ruido y cuando por fin estuvo a su lado, gritó en su oído, sobresaltando a Kailey al no haberlo notado hasta ese momento.
—¡Eres un idiota! —chilló, y cuando se calmó, hizo un espacio en su cama, dejando que Kellin se recostara a su lado.
—Ya, tranquila —río—. ¿En qué tanto pensabas que ni siquiera me viste?
La menor dudó un poco antes de contestar, por miedo a que su hermano se burlara al igual que ella lo había hecho cuando le contó todo lo que sentía por Vic.
—Creo... creo que estoy enamorada, de Mike —murmuró y cerró los ojos, esperando que Kellin se riera en su cara como tantas veces lo había hecho ella en la suya. Pero cuando pasó unos largos minutos y aún no había ninguna reacción por parte del contrario, volvió su vista hacia él.
—Pero... ¿Y qué hay de Alex? Él es tu novio.
—Dudo mucho que lo siga siendo, estoy segura que terminará conmigo cuando regresemos a casa —admitió, sintiendo una ligera punzada de tristeza, porque a pesar de que ella nunca lo llegó a querer, se había acostumbrado a la idea de tenerlo a su lado.
—¿Cómo estás tan segura? —Ella río falsamente antes de contestar.
—Él piensa que no me he dado cuenta, pero sé que sale con Jack a mis espaldas.
Kellin no supo que decir. No escuchaba que su hermana usara un tono herido o al menos triste, era algo más como si no le importara en lo más mínimo cuando era todo lo contrario en su interior.
—Y... ¿Le piensas decir a Mike lo que sientes? —preguntó, aunque se esperaba la respuesta de su hermana.
—No —respondió de forma rápida—. ¿Para qué hacerlo?
—Uh, no sé, ¿tal vez para que tome en cuenta tus sentimientos? —dijo, como si fuera lo más obvio del mundo.
—Ay Kells ¿No te has dado cuenta? Es mejor esconder tus sentimientos, y siendo sincera, creo que tú debiste haber hecho lo mismo con Vic —admitió, obligándose a sí misma a usar su mismo tono frío y desinteresado de siempre.
—¿Eh? ¿Por qué?
Ella en verdad quería contestar con la verdad, quería quitarle la venda de los ojos a su hermano que le impedía ver la horrible persona que era en realidad su novio, pero no pudo, los ojos de Kellin brillaban cada vez que hablaba de Vic, que quería que siguiera creyendo que lo amaba. En lugar de esforzarse siquiera en dar una respuesta coherente, habló sin pensarlo.
—Lo siento Kellin, he sido una hermana de mierda, pero no sé ser de otra forma, espero que puedas perdonarme y cuando todo esto acabe, estaré allí para secar tus lágrimas como ese idiota no lo hará.
Antes de que pudiera siquiera preguntar el motivo de sus palabras, sus padres interrumpieron en la habitación, llamándolos a comer.

Heartbreak Hotel (Kellic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora