Narra Kellin
Cuando desperté todo mi cuerpo dolía, en especial la espalda baja y la garganta. No podía creer lo que había pasado anoche, pero era real, y el dolor era una prueba de eso.
—Bueno días bebé —bostezó Vic, estirándose.
No pude evitar sonrojarme ante su apodo, además del hecho de que ambos estábamos desnudos en su cama.
—Ho-Hola —murmuré, intensificando mi agarre a su cintura.
Nunca pensé que pudiera terminar de esta manera con alguien; acostados, con las piernas entrelazadas y sonriendo sin tener ningún motivo.
—Dios, no puedo creerlo —suspiré, recargando mi cabeza en su pecho.
—¿Qué no puedes creer? ¿Lo hermoso que eres?
—Eres un tonto, no soy hermoso —sonreí—. Me refería a que no puedo creer que perdí mi virginidad.
—¿Sabes? Me alegra saber que fui el primero en tocarte, aunque también me gustaría ser el último.
—Por mí no hay problema en que lo seas —admití. Él sonrió y poco a poco se fue subiendo encima de mí.
—Prométeme que lo seré —murmuró, dejando pequeños besos en mi cuello.
—Lo prometo —respondí, tratado de contener mis gemidos en cuanto sus manos bajaron lentamente a mi cintura.
Vic iba a llegar mucho más allá, pero sonó el teléfono. Soltó un gruñido antes de contestar y por lo que dijo supuse que era Mike.
—Yo... eh, Vic —dije, llamando su atención—. ¿T-Te molesta si tomo una ducha?
No quería sonar raro, pero me sentía sucio por el hecho de que tenía su semen seco en mi trasero y muslos; y eso no era para nada agradable. Él asintió, volviendo a su plática.Me levanté como pude de la cama y me dirigí al baño cojeando. Hice mis necesidades y enjuagué mi boca. Entré en la ducha, sintiendo alivio en cuanto el agua fría toco mi cuerpo. Mis músculos se relajaron y estuve unos minutos parado bajo el agua, hasta que sentí como los brazos de mi novio rodeaban mi cintura. Recargó su cabeza en mi hombro para comenzar a repartir pequeñas mordidas en mi espalda.
—¿Qué... qué estás haciendo? —balbuceé, tratando de no ceder ante sus manos que bajaron hasta mi trasero, apretándolo.
—Nada —susurró, dándome la vuelta y haciendo que nuestros labios quedaran a escasos centímetros.
No pude evitar bajar la mirada, pero inmediatamente la desvíe hacia algún punto muerto de la regadera.
—Oh vamos, no es como si tenga algo que no hayas visto o tenido dentro de ti.
Eso no sirvió en lo absoluto e incluso sentí más calor en mis mejillas. A pesar de que anoche lo había visto completamente desnudo, me daba vergüenza.
—Y-Yo... —Traté de decir algo coherente, pero fui callado cuando me besó.
Su lengua pidió acceso a mi boca y no dude ni un segundo en dárselo. Recorrió cada parte de ésta al igual que sus manos lo hacían con mi cuerpo.
Con cada rocé de su piel contra la mía me hacía estremecer, deseándolo más de lo que debería. Crucé mis brazos por su cuello, acercándolo a mí. No sabía si estaba haciendo lo correcto; apenas ayer había perdido mi virginidad y ahora estaba aquí, volviéndome a entregar a mi novio.
—Vi-Vic... no, pa-para —gemí, tratando de hacer que mi voz no sonara tan temblorosa, pero claro que fallé.
—¿En verdad quieres que pare? —preguntó, rozando mi entrada con sus dedos.
Negué, mordiendo el labio para no soltar un quejido en cuanto uno de ellos entró en mí. Sentí incluso más dolor que la vez anterior, pero supongo que era normal; estaba muy sensible. Agregó otros dedos y comenzó a moverlos en círculos, haciéndome parecer un completo desastre gimiendo y pidiendo por más.
—¿Listo? —preguntó en mi oído, mordiendo el lóbulo.
Asentí frenéticamente; lo único que quería era tenerlo dentro de mí. Me dio la media vuelta, haciendo que mi erección quedara atrapada contra los fríos azulejos de la pared. Poco a poco fue adentrándose. No pude evitar soltar un pequeño sollozo; dolía tanto.
—Shh, tranquilo —murmuró. Giró mi cuello un poco y buscó mi boca. Debo admitir que era algo incómodo estar volteando hacia él durante tanto tiempo, pero valió la pena porque el dulce sabor de sus labios me hizo olvidarme de todo.Empezó a moverse después de un tiempo. Primero lentamente para ir aumentando el ritmo de sus embestidas hasta el punto de que lo único que se escuchaba en el baño eran nuestros gemidos y el agradable sonido de nuestros muslos chocar.
—Mi-Mierda Kellin, eres tan estrecho —se quejó, mordiendo mi cuello.
No pude responder ya que golpeó en ese punto dentro de mí que me hacía enloquecer.
—Vamos bebé, grita mi nombre —gruñó, apretando mi trasero.
—¡V-Vic! ¡M-Más rápido! —gemí, sin tomar importancia ante el hecho de que cualquiera podía escuchar mis gritos.
Envolvió mi pene en su mano, haciendo que se formara un nudo en mi estómago. Solté un fuerte gemido en cuanto me corrí en su mano. Él tardó unos cuantos segundos más hasta que se vino en mi interior.
Todo mi cuerpo temblaba y estaba tan cansado que no aguanté más y caí al suelo junto con mi novio. Ambos reímos antes de besarnos con mucha más dulzura y ternura que antes.
—Te quiero tanto —murmuró, sentándome en su regazo.
—Yo también te quiero, y mucho —admití.
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Heartbreak Hotel (Kellic)
FanficA Víctor nunca le interesó tener algo serio con alguien, nunca pensó que en ese verano podría encontrar a alguien que cambiara por completo su perspectiva; pero si algo sabía, era que no cambiaría por nadie, ni siquiera por ese chico de cabello negr...