Capítulo 4

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En el tiempo que había pasado en ese mundo, él había escuchado una cosa de manera constante, All Might era el mejor héroe, la esperanza del mundo, el símbolo de la paz, él no lo vio así, si de verdad fuera ese símbolo no habría decidido quedarse solo en Japón, si de verdad fuera ese símbolo estaría por todo el mundo, dando todo de sí, él no conocía al hombre, no sabía nada, tampoco quería hacerlo, pues en realidad no le importaba nada el pasado de ese mundo, lo único que le importaba era su propia vida, no, eso era una mentira, había mínimo dos más por las que se preocupaba.

Sus ojos se posaron en los dos sujetos delante suyo y que se encontraban tras un cristal, no era algo que lo sorprendiera, después de todo, había saltado justamente para enfrentarlos de manera directa, dos de sus colas se clavaron en los muros del edificio y lo impulsaron hacia adentro, lo que ninguno de los dos que estaban dentro espero fue que ese de él se convirtiera en una nube de humo después de que aquella criatura negra lo golpeará, no iba a mostrar tantas cosas como con Nejire, no lo vio necesario, no cuando simplemente podía solucionar todo con un poco de velocidad y cabeza.

-Yo gano – él dijo apareciendo detrás de los dos, su mano tocando el arma de papel mache, dos colas sujetaban a cada uno de sus oponentes.

-Los héroes ganan – el hombre del que estuvo pensando hace unos segundos dijo a través del comunicador.

De alguna manera, él sintió las miradas a través de las cámaras, la sorpresa de la mayoría y el fuerte sentimiento de envidia de uno solo, lo que le pareció más extraño fue el hecho de no sentir la cautela que mostraban los demás profesores, eso solo hizo que él fuera cauteloso, pues si no necesitaba estar alerta era porque podía derrotarlo con mucha facilidad o estaba ocultando algo y no tenía el tiempo para concentrarse en él, prefiriendo no dejar de lado ninguna de las dos opciones, decidió ir con cuidado, seguía sin confiar en los héroes, ya los había visto actuar y le pareció un comportamiento muy hipócrita, tampoco es que pudiera decir mucho dado del mundo del que venía.

-Tienen veinte minutos para resolver ese examen – el profesor, Aizawa, dijo haciendo que él soltará un suspiro.

Odiaba los exámenes, eso nunca iba a cambiar, la diferencia de cuando estaba en la academia era que ya no tenía por qué fingir ser un idiota, si bien habían temas que se le complicaban como a la mayoría de personas, no era tanto como para ser llamado el "último muerto", decidido a dejar fuera de su vida todo lo relacionado con el mundo ninja que no fuera él mismo o Jiraiya, comenzó por dar todo de sí, resolviendo el examen en quince minutos y sorprendiendo a la mayoría, pues de los ahí presentes, solo una chica había terminado antes.

- (Momo Yaoyorozu, es bastante inteligente) – él pensó mientras esperaba a que los demás terminaran para recibir su calificación – (pero si va a ser una heroína no debería pensar de manera tan cuadrada...)

Dándose cuenta de que estaba pensando demasiadas cosas que no tenía por qué pensar, él solo miro hacia otro lado sintiéndose extrañamente avergonzado, así como Jiraiya cambio su comportamiento, él también lo hizo, si el peliblanco le preguntará si había visto en algún momento a una compañera de manera lasciva no podría decirle que no, no era algo como aquel sujeto llamado Mineta, que lo considero asqueroso, pero si enviaba miradas de vez en cuando, tampoco es que los demás se pudieran dar cuenta a causa de la venda sobre sus ojos.

- (Me pregunto porque hoy Nejire llevaba puesto su ajustado traje de héroe) – una vez más él perdió el control sobre su mente, haciendo que soltará un suspiro – (esto es tu culpa, sensei, no debí hacerte caso en ayudarte a escribir ese último volumen de Icha Icha)

Nadie se lo había dicho, pero tenía una clase esa tarde, aunque más que ser una clase era un tipo de actividad extracurricular que tenía que cumplir, por eso, cuando Nejire paso a buscarlo para sorpresa de todos, él solo se levantó de su asiento y siguió a la chica que le hablo todo el camino con gran entusiasmo, haciendo que él no pudiera evitar sonreír para mayor sorpresa de sus principales compañeros de clase, de los cuales, algunos que estaban curiosos lo siguieron en lo que ellos creían que era el mayor silencio posible, no es que eso fuera suficiente para no ser notados.

Una vida tranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora