|| Cap. 24 ||

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La preocupación la sofocó, dejándola sin aire

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La preocupación la sofocó, dejándola sin aire.

No, no era posible. El lugar estaba repleto de seguridad, ¿cómo podrían hacerle algo a JiMin? Y si así fuese, ¿qué tenía que ver aquel alfa en todo esto? ¿Acaso era algún cómplice? ¿Uno de sus enemigos?

Mierda, tenía que alejarse de él. No hacía más que darle muy mala espina. Quizá, JiMin se encontraba bien, y ese tipo solo quería ponerla más nerviosa de lo que estaba.

Pero, ¿y si no era así? ¿Y si JiMin en verdad estaba en peligro? ¿Y si era cierto que pretendían asesinarlo esa noche? ¿Y si no volvía a verlo? La angustia la acogió entre sus brazos con prisa.

-Via da qua, YoonGi, o giuro che ti sparo.

Hari se volteó rápidamente, y el aire retenido en sus pulmones se liberó con gran alivio. Lo abrazó tan deprisa como pudo, aferrándose a su cuerpo con tal fuerza y energía que el rubio se sorprendió demasiado.
Escuchó una ligera risa cínica proveniente de aquel imbécil alfa que estorbaba.

-Lárgate de aquí, ¿en que otro idioma te lo digo? -gruñó JiMin, enfadado, pasando un brazo por la espalda de la omega.

-Quizás la próxima tengamos suerte y no regreses, fratello mio -dijo este, sonriendo malignamente, antes de alejarse y reunirse con los demás invitados.

JiMin masculló algo que la menor no logró entender, mas no le interesó. Lo único que le importaba era que el alfa estaba allí; estaba bien. Se separó un poco de su cuerpo para mirarlo y, sin previo aviso, plantó sus labios sobre los de él, besándolo con devoción, ignorando la ligera molestia que sintió por culpa de su pequeño corte en su labio inferior. El alfa volvió a sorprenderse de la actitud de HaRi, devolviéndole el beso con extrañeza, sin saber con exactitud a qué se debía.

-¿Dónde estabas? ¿Dónde te habías ido? No vuelvas a dejarme sola -suplicó la ojiazul haciendo un pequeño puchero.

-Te había dicho que saldría a fumar. Es tu problema si no me prestas atención.

-Oh... no te escuché, lo siento -se disculpó apenada, viendo de reojo que un camarero se acercaba-. Yo necesito que hablemos.

- ¿De qué? -quiso saber JiMin sin mucho interés, aceptando una copa de bebida que le ofrecía cortésmente el empleado.

La omega dedujo que era vino tinto por el peculiar tono bordo que poseía, por lo que negó cuando el camarero le ofreció a ella también.

JiMin enarcó una ceja.

-Todo lo que yo beba, lo beberás tú -declaró, deteniendo al beta antes de que se marchara con las copas.

-No me gusta -se excusó la ojiazul, teniendo presente que, por mucho que deseara, no debía beber mientras estuviese en estado.

Sublime Dominación || Park JiMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora