Capítulo 4

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 Narra Natalia

Las dulces melodías de los pajaritos me despiertan de mi profundo sueño.

Abro los ojos mirando mi alrededor confundida pero prontamente cato donde me encuentro, mis huesos suenan cuando me estiró.

Me siento en el borde de la gran cama había olvidado lo que era dormir en una cama decente y no en un banco frío y doloroso.

Miro la rosa junto a una nota y bolsa en la mesita de noche.

"Buenos días señorita bonita espero que durmieras bien, en la bolsa hay ropa que espero te guste y luego puedes bajar a desayunar"

G, R

Con una sonrisa tomo la bolsa y me adentro a el baño para darme un baño rápido y luego colocarme la ropa que cuenta de un pantalón pegado, pero a la vez flojo y una blusa con manga corta.

Ya lista me miro en el espejo arreglando los mechones de mi cabello castaño. Suspiro los nervios comienza a hacerse notar.

Salgo de la habitación y a paso lento comienzo a bajar las escaleras, todo está en silencio, terminó dejar dirigiéndome a lo que creo que es la cocina.

Abro la puerta llamando la atención de la "Nana" y dos muchachas más que me miran con recelo y lo único que hago es bajar la mirada.

- ¡Oh! Buenos días niña ¿Quieres desayunar? O ¿esperas a Gerónimo? - pregunta con una alegría algo contagiosa.

- Buenos días, yo... - unas manos en mi cintura me interrumpen.

- Buenos días señorita bonita - su aliento choca con mi oído y seguido de eso deja un beso en mi mejilla - Nana desayunaremos en el jardín.

Le avisa para tomar mi mano e irnos hacia otra puerta que al abrirla da con el jardín, todo es muy verde y fresco.

- Gracias - susurró cuando arrastra la silla para permitirme sentarme.

- Siempre a tu orden - se sienta enfrente de mí y nuevamente los nervios llegan por lo que entrelazo mis dedos - ¿Cómo dormiste?

- Bien gracias - el suspira antes de tomar mis manos por encima de la mesa de cristal.

- ¿Tienes una respuesta? - lo miro confundida - sobre lo que hablamos anoche.

- Sí, me quedo con usted - se le forma una gran sonrisa, una hermosa, por cierto.

- Háblame de tú, además vamos a construir una historia de ahora en adelante - asiento y deja un beso en mis nudillos.

- Aquí está su desayuno señor - una de las chicas deja dos bandejas en la mesa para luego retirarse.

- Provecho - dice para pasarme mi plato con huevos revueltos, aguacate, pan tostado y queso en rodajas.

Comemos en silencio sin apartar la mirada del otro, sus ojos tienen un destello libertad, de dejar todo lo malo de lado y ser libre, su rostro se mira relajado como que en el lugar que él está es el indicado.

- Cuéntame de tus gustos, deseos, costumbres o lo que prefieras.

Suspiro mirando el cielo azulado.

- Desde pequeña mi papá me hizo amar los atardeceres así que cada día a la misma hora y en mi lugar favorito, específicamente en la cima de una montaña iba con mi padre a ver el atardecer mientras él me leía un fragmento de mi libro favorito.

- ¿Puedo preguntar cuál es?

- El principito

- Un buen libro - saca algo de su saco para mirarlo con emoción - este es mi libro favorito El nuevo restaurante de Pierre Quintonil mi madre me lo regaló cuando tenía 8 años y desde ese entonces se volvió mi libro favorito que no importa cuántas veces lo lea se siente como la primera vez, además que me encanta más por sus rimas.

- ¿Rimas? - pregunte interesada.

- Si, el señor Pierre para cada platillo tenía una rima, esta es mi favorita - abrió una de las últimas páginas y leyó.

Nido de alfajor
Con helado de cajeta, palanqueta y galleta, para el amor, que cura cualquier dolor.

- Es muy bonito - sonríe.

- Al igual tú señorita bonita - mis mejillas se calientan.

Continuamos el resto de la mañana hablando de algunas cosas para conocernos entre ambos hasta que se encierra en su despacho y subo a mi habitación.

⋋✿˙ 益 ˙✿ಥ•ಥ

- ¿Señorita? - los golpes en la puerta me hacen despertar sobresaltada.

Me paso una mano por el rostro y acomodo mi cabello para ir abrir la puerta, una de las muchachas se encuentra enfrente.

- El señor la espera en su despacho - asiento para salir de la habitación y caminar escaleras abajo hasta la puerta donde lo había visto entrar anteriormente.

Doy suaves golpes y seguidamente la abro al escuchar el pase.

- Señorita bonita - se levanta de su silla y se acerca a mí - ¿Te gustan las motos?

- Eh, sí.

- Bien, necesito que te coloques que esto - me pasa una chaqueta negra de cuero, me la coloco aún confundida - ¿Lista?

- Supongo - toma mi mano y salimos de su despacho hasta la salida.

Me sorprendo un poco al ver una hermosa motocicleta en frente.

- Dame la mano Nat - me ayuda a subir en la parte trasera y después me sube el colocando mis manos alrededor de su cintura - Agárrate fuerte señorita bonita.

Dichas sus palabras enciende el motor y emprendemos camino a un destino cualquiera.

Los minutos pasan mientras seguimos en movimiento y el aire golpeando mi rostro.

Salgo de mis pensamientos cuando se detiene en una calle solita, está anocheciendo.

- Bajemos - me ayuda a bajar tomando mi mano, comenzamos a caminar hasta una pequeña colina donde subimos unas escaleras hasta llegar a la cima y me encuentro sin palabras - Sentemos.

Me ayuda a sentar en la manta tendida en el suelo junto a una canasta es maravilloso, pero más la hermosa vista que tenemos enfrente.

- Dijiste que amas los atardeceres y que siempre los observas así que quise continuar con lo que amas - lo miro con emoción no tengo palabras para expresar, así que simplemente lo abrazo.

- Gracias.

- A tu orden siempre señorita bonita.

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Espero que disfruten la lectura


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Tentadora Seducción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora