Narra: Gerónimo
Tomo a Natalia de la cintura y la giro para que quede frente a mí.
Sus hermosos y grandes ojos brillan, su rostro luce hermoso como siempre.
Suspiro mirando mi reflejo en sus ojos con ese destello de felicidad
- Ya falta poco para que seas mi esposa, para convertirte en la mujer más feliz del mundo - rodea mi cuello con sus manos y sonríe.
- Ya soy feliz Gero, a veces la mujer solo necesita de pequeños detalles para hacer feliz y que cumplan sus sueños y tú te has encargado de cumplirlo - deja una caricia en mi nuca - Desde pequeña me ha gustado la lectura y no imaginas cómo me siento cada vez que entro a la biblioteca y reconozco mi espacio de lectura, te comparto muchas cosas, mis metas, sueños y demás sin esperar que me lo cumplas o me ayudes a cumplirlo, pero lo haces y esos detalles para mí son los que me hacen feliz. Tú me haces feliz.
Sonrió, esta mujer me tiene.
Subo mis manos hasta sus mejillas tomándola de ellas y acerco mi boca a la suya para dejar un tierno beso, nuestros labios se mueven en una dulce lentitud como si quisieran conocerse muy a fondo.
Nos separamos lentamente, suelto un suspiro dejando un último beso en sus labios para salir y dejarla cambiarse.
Al salir del vestidor la organizadora y Sofía me dedican una mirada fulminante.
- Eres increíble Gerónimo - Se queja Sofía.
- Lo sé.
- Se supone que no puedes ver el vestido de novia antes de la boda es de mala suerte.
- Ya lo vi, se ve perfecta con el y nadie va impedir que me case con ella ni el mismo diablo, bueno yo soy el diablo - le doy una sonrisa llena de ironía.
- Estúpido.
- Loca.
- Imbécil.
- Rata.
- Vete al diablo.
- Ya estoy en el.
- No sé cómo Natalia se va a casar con alguien como tú.
- Ridícula.
Me enseña el dedo del medio.
- Tú y yo tenemos una conversación pendiente - su rostro palidece, si sabe de lo que hablo.
- ¿De...de tenemos que hablar? - me encogí de hombres, Natalia viene saliendo del vestidor.
- Lo sabes muy bien.
- ¿Nos vamos?
- Yo... Yo tengo algo que hacer, hablamos luego - dice Sofía antes de salir corriendo.
Cobarde.
- ¿Pasa algo? - cuestiona Nat confundida.
- Nada Señorita bonita, ¿Te gustaría ir conmigo a la empresa? - tome su mano y nos despedimos de la organizadora para salir de la boutique.
- ¿Tienes una empresa? - pregunta mientras le abro la puerta de auto.
- Por supuesto Señorita bonita, aunque al 100% no es mía, sino que la comparto con mi primo y tengo que ir debes en cuanto a firmar papeles y chequear que todo esté en orden.
- Pensé que solo eras un mafioso.
- Y empresario.
En camino hacia la empresa la pasamos hablando de los adelantos de la boda y contándome sobre sus lecturas.
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Tentadora Seducción ©
Roman d'amourNatalia, una mujer en busca de compañía Gerónimo, un hombre que carga con las cicatrices del pasado, se encuentran unidos por unos cuantos millones de dólares. Natalia se siente sumida en la soledad, buscando desesperadamente un escape de su vacío...