Schau mich an

"sechs"

Que carajos significaba scheisse?
Quizás te mando a la mierda.

Aun seguías acorralando al grandote. Y este no sabia de que manera escapar.
Sentía que se asfixiaba, no quería desvanecerse frente a ti.

Pero ya no sabia que más decir, ni como decirlo.
Eras tu la que más hablaba.

Quizás si solo lo decía tu lo dejarías en paz.

¿Y que era eso que debía decirte?

El solo quería decirte "te amo" . Planeaba decirlo en alemán, luego se iría. No quería esperar a que lo rechazaras.

Le agradeciste por las notas, quizá solo estabas alagada y agradecer era algo que hacías solo por educación y no porque sintieras lo mismo que el.

Que equivocado estaba.

- Déjame ir por favor - pidió en voz baja.

Quisiste hacerlo, pero tenias el presentimiento de que diría algo. Solo que estabas esperando que lo hiciera.

Por mala suerte, no lo hizo, seguía callado y tieso como un tronco.

- König - dijiste en advertencia.

Ahora estaba peor, quería que la tierra lo tragara. Su nombre se oía tan bien cuando tu lo decías.

- Ich möchte dir sagen, dass ich dich liebe, aber ich kann nicht. [Quiero decirte que te amo, pero no puedo] - Tu cara demostró confusión.

Con esto König dio por terminada la conversación y huyo de ahí.

Ahora estabas más confundida que antes. No entendiste muy bien lo que quiso decir.

Vaya que lo asustaste.

Con el paso de los días y semanas, podria decir que pasaron mas de dos meses, no volviste a ver a könig.
Realmente se había esfumado.

Ya no había más notas. Dejaron de aparecer desde el día en que se vieron.
Ahora no sabia en donde buscarlo.

O quizá si.

[...]

Tu idea era preguntar a su equipo. O para más seguridad, al teniente Ghost.

El sabia una que otra cosa. Y por fortuna, a ti podía dirigirte más de una o dos palabras.
Si tenias suerte, puede ser que te diga donde esta könig.

.
.
.
- No lose.

Bueno, lo intentaste.
El enmascarado se negó a decirte. Y casi te hecha a patadas.
Aveces era muy tosco.

Con los ánimos por los suelos, volviste al comedor.

Probablemente ya no verías al austriaco otra vez.
Seguramente el estaba evitándote.

- ¿Que haces aquí sola soldado? - preguntaron a tus espaldas.

- Trato de hundirme en mi propia miseria. Eres bienvenido a acompañarme Rudy