"drei­und­dreißig"

4.6K 462 129
                                    

Pospondria cualquier plan con Soap. Tenía el ánimo debajo de la suela de mis zapatos.
Parecía un cascarón vacío, sin alguna emoción que pudiera ser capaz de demostrar.
Ni siquiera soap con sus ocurrencias diarias pudo sacarme de ese trance en el que me encontraba.

No podía culparme. Extrañaba a König, tanto como Soap extrañaba a la canadiense que conoció ayer.
¿Como se enamoro tan rápido? Ese tonto apenas entabló una conversación con ella. ¿Por cuanto tiempo?
Unos quince minutos quizá? Dijo que había sentido una conexión de esas como en las películas cursis que solía ver conmigo.

- ¿Y se supone que la cursi era yo? - Comento irónicamente bajo su mirada de claro enojo. Estaba yo cuestionando su reciente enamoramiento.

- Solo cuando no esta König. Mírate, pareciera que te atropellaron. Mira que eso me paso a mi. Y aun así me veía sexy. Tu te ves... - pareció formular la continuación de su frase dentro de su cabeza, pero al verme a los ojos, mostró su dentadura.
Creo que se arrepintió de decir lo que sea que tenía atorado en esa garganta que justo ahora tengo ganas de apretar por medio de una llave con mi brazo.
- Te ves bien teniente. Es-pec-ta-cular- enfatizó. Su siguiente movimiento fue unir todos sus dedos para besar las puntas y soltar algún tipo de beso.

No dije nada, gire sobre mis talones y me fui. Pero por supuesto que ese gallo no dejaría de molestarme. Era como esa piedra molesta que se mete entre las separaciones de la suela de tu zapato. Molesta y difícil de quitar.

- Podrías, por favor, dejarme? - Casi Supliqué.

- Eh... no. - negó, ahora caminando a mi lado. Jure que si no se alejaba tendría que noquearlo para que pudiera darme cinco minutos de descanso.
Lo he tenido pegado a mi todo el día.

- No me voy a suicidar por que König no este aquí Johny. - informé sin ningun tipo de sutileza.

Me miró por unos segundos, analizandome. Sabía que no estaba bromeando.

‐ De acuerdo, de acuerdo. - sus manos estaban a cada lado de su cabeza, se había rendido. ¡Por fin!

Retomo mi camino. Pensando en que habrá hecho König el día de hoy. Habían pasado solo dos días desde que se fue. Y no ha habido ninguna carta.
La primera que envié no tuvo respuesta, como imaginarán, ya tengo la preocupación cubriendome por completo.

Y son solo dos días.

Tendría que pensar en mi rendimiento militar, la estoy cagando. Mi servicio estaba en pleno inicio y yo estaba pensando en un austriaco que seguramente estaba por ahí degollando gente.
En todo caso, era mi austriaco, mi König, el que estaba lejos.

>> Las relaciones no están permitidas dentro del área militar <<

Haberme concentrado en König me hizo restarle importancia a lo que Ghost había dicho aquella vez.

Estoy al tanto de queas relaciones son una distracción. Pero explicarle eso al órgano dentro de mi pecho es pérdida de tiempo. Y lo mismo aplica para el cerebro dentro de mi cráneo. Ambos solo piensan en cierta persona.

Supondría que tarde o temprano Price me encomendaria alguna misión. Pero no espere que tuviera que estar codo a codo con ese fantasma.

- Quieren que vaya a pedir un americano y me siente a esperar por un sujeto calvo que probablemente me vuele la cabeza si resulto ser sospechosa? - cuestiono tras la explicación del capitán.

- Reunir información es primordial.- Interrumpe Soap. Sus brazos están bien posicionados sobre el borde marrón de la mesa.
Ghost que esta situado en el extremo más alejado de la mesa, no deja de mirarme. ¿Tengo algo en la maldita cara o que?

Schau mich anDonde viven las historias. Descúbrelo ahora