Siempre estaría agradecido con ella. Era como mi ángel de la guarda. Aparecía en el momento justo.
Aun si no hablábamos más, seguía ahí, cuidándome y cuidando mis espaldas.
Siendo una teniente tenía mucha autoridad, incluso sobre mi.
Como ese día... Ella era tan imponente
[...]
– ¡Levántate König! ¿Es todo lo que tienes marica?
Ese día me di cuenta de que no era el único hombre de gran tamaño en ese lugar. Además de ghost, había otro sujeto. Quizo probar su fuerza, alardeando que podía contra mi. Burlándose y mofandose.
Me sentí como aquellos días en el colegio... Todos riéndose, todos mirándome y señalandome.
– Mírate... Este idiota pertenece al Tark Force? Es patético.
– ¿A quien le llamas patético?
Mi cuerpo se tenso al oírla. Y el otro sujeto también. Ambos teníamos miedo. Yo porque no sabia como verla a la cara luego de ignorarla. Y el, supongo que estaba asustado por ver a su superior.
– Teniente... Solo es una practica amistosa
– Tus practicas amistosas se basan en intimidar a tus oponentes he insultarlos, soldado?
– No señora.
– Todos aquí estamos para servir a nuestro país. Ayudar a tus compañeros es la base para una buena relación y rendimiento militar. No quiero enemistades competitivas que pongan en riesgo las misiones. Discúlpate con tu compañero... ahora
Su voz demandante hizo que mi cara enrojeciera. Por un momento fantasee con que ella me hablara de esa forma. Se le veía muy atractiva.
– Lo lamento König. No volverá a suceder
Con un asentimiento de cabeza acepte la disculpa.
Apenas se fue, ___ se arrodillo a mi lado. Hasta ese momento yo había estado en el suelo. Por los golpes que ese sujeto me propinó y que yo no pude esquivar por los recuerdos de mi infancia que nublaban mis sentidos.
– ¿Te encuentras bien?
Su voz era dulce, su mirada demostraba una clara preocupación y su tacto en la máscara que me cubría, causó en mi una descarga eléctrica que viajo por todo mi cuerpo.
Estaba hambriento por su toque.
Por poco me lanzó a abrazarla, mi yo pequeño del pasado estaba agradecido por aquella su salvación. Pero no lo hice, esquive su toque con un brusco movimiento de cabeza.
Luego me fui sin decir nada.
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Los días dentro se la base estaban siendo tortuosos. Sin ninguna noticia de ella. Estaba volviéndome loco.
Su carta solo hizo que mi ánimo decayera, porque no podia hablarle, no podía responder ni siquiera con una misma carta.
