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CONI SOLTÓ UNA RISA SALTANDO sobre una de la incubadora que había en el laboratorio. Observo al avatar que estaba dentro de ella maravillada, se parecía a ella de pies a cabeza.
Desde que tiene memoria siemore estuvo dentro de la base científica, nunca había pisado algo más que no fuera mármol. Realmente no le tomaba importancia, tenía todo lo necesario dentro de aquella base como para interesarse en el afuera.
Agarró su máscara de oxígeno que colgaba sobre su cuello, inhalando con profundidad mientras veía al equipo de su madre trabajar.
Surema Lake era su madre, científica poco conocida, pero sin embargo su trabajo era único.
──Coni. ──llaman a sus espaldas.
Sus orejas se alzan al escuchar su nombre. Voltea a sus espaldas, mostrando sus colmillos en una sonrisa hacia la mujer de cabellos negros.
De un brinco baja de la incubadora. Camina hacia la mujer hasta quedar frente a ella. Ambas eran de la misma altura.
Coni apenas y tenía 12 años de edad, pero era bastante lista para los na'vi de su edad. Por lo menos desde el punto de los científicos.
──Mamá, ¿necesitas algo? ──pregunta moviendo su cola de un lado a otro, ansiosa.
──Coni, ¿cuántas veces lo he dicho?. No puedes ir por la vida brincando por todos lados. ──regaña la mayor.
La na'vi era una niña inquieta, rara vez la veías en un solo lugar, o quieta por lo menos.
Sus orejas se agachan levemente ante el regaño de la persona a la cual llamaba madre. Se sentó en el suelo frío viendo como su madre hacia quien sabe que con el avatar que estaba incubado.
──¿Mamá? ──llama recibiendo un sonido afirmativo por parte de la mujer──. ¿Cuando me vas a dejar salir?
Un silencio incómodo invade por completo la habitación, Coni traga pesado sintiendo su cola moverse de un lado a otro nerviosa, mientras tomaba un poco más de oxígeno.
