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CUANDO ELIZABETH ABRIÓ LOS OJOS tardó varios segundos en adaptarse a la luz de día. Observo a su alrededor, todo era naturaleza pura.
Soltó un ligero suspiro intentando levantarse del suelo, siendo retenida por el brazo de Jake, el cuál estaba bien envuelto alrededor de su cintura. Sonrió levemente acariciando la mejilla, de ahora, su pareja.
Ella no era un avatar, era una na'vi, pero había nacido en un laboratorio, como una prueba. Gracias a ello, obtuvo un nombre tan humano, como el que era Elizabeth.
Tiempo después, cuando los científicos empezaron a tener contacto con los na'vi, ellos la aceptaron en su clan, siendo una más de ellos.
Observo el árbol de las almas que estaba sobre ella, pequeñas semillas bajaban de este, parando en sus hombros y cabeza con delicadeza.
Sus orejas se movieron cuando escucharon un gruñido a Jake, acercándose a él con emoción antes de que abriera los ojos.
──Eres hermosa. ──responde Jake dejando un beso en sus labios.
Elizabeth se avalanza hacia el, sentándose en su regazo para volver a besarlo de nuevo, con su cola moviéndose de un lado a otro.
Elizabeth sonríe entusiasmada mostrando sus colmillos. Hace un par de señas con sus manos, de los cuales Jake logra entender a la perfección.
Cuando el marine se dió cuenta de que la na'vi de la cuál estaba enamorada era muda, no dudo en pedirle ayuda a Norm, quien le enseñó todo acerca del lenguaje de señas.
Dejó un pequeño beso en los labios de la contraria antes de contestar──. Yo también te veo, Elizabeth. Y nunca me cansaré de hacerlo.
Ambos se sonrieron el uno al otro, dispuestas a unir sus bocas de nuevo, un sonido obligó a ambos a alzar sus orejas.
