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MILES QUARITCH ──AHORA EN SU AVATAR── caminaba a lado de la nueva comandante. Escuchando con atención cada palabra que ella le decía.
Sus orejas se movían ansiosas, escuchando sonidos nuevos, pero un sonido en particular llamó su atención. Unas esposas golpeando contra un metal.
──Hemos logrado más de lo que ustedes hicieron. Todo esto, en un solo año. ──presume Ardmore──. Hemos logrado tener contacto con los na'vi. Lamentablemente, eliminamos a un clan por completo, o más o menos.
──¿Todos? ──pregunta Quaritch parando sus orejas.
──El clan Anurai. Na'vis artistas y artesanos. Cuando llegamos, ellos fueron quienes se acercaron a nosotros, pensando que seríamos diferente. Pobres ilusos.
Quaritch frunce el ceño. Sus orejas se mueven hacia una puerta en específico que estaba unos cuantos metros adelante.
──En poco tiempo acabamos con todo. Quedando solo la Tsahik.
──¿La Tsahik? ──pregunta confundido.
La coronel suelta una risa.
──Cierto, ahora eres como un bebé. La Tsahik es la líder espiritual de los clanes. Quién lleva la paz a todos en tiempos difíciles. ──sonrie cínicamente──. Un clan sin una, es vulnerable, al igual que su líder.
El avatar inconscientemente apretó los puños. Aquella mujer actuaba con él como si fuera la persona que era antes. Cruel, insensible, maldito.
Pero, lo cierto era, que no siquiera él se conocía. Solo tenía unas pocas memorias de la persona que era antes.
──La capturamos. Y su pueblo cayó en picada.
──¿Y dónde está ahora? ──pregunta.
Ardmore señala la puerta unos metros adelante. De ahí es de dónde provenían los sonidos metálicos.
