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──¿ESTÁ DESPIERTA? ──LAS OREJAS DE Ne'ha crispan al escuchar la voces a su alrededor.
Abre sus ojos, teniendo que volver a cerrados ante la luz que pegaba directo a su rostro, soltó un quejido cubriendo su cara con su mano.
──Ahora los esta. ──escucha una segunda voz masculina.
En su campo de visión aparece Miles Quaritch. Se sentó de golpe sobre la camilla, observando su alrededor.
──Soy Miles Quaritch. ──se presenta el marine, antes de señalarla con su dedo──. Y supuestamente tú, eres mi hija.
──¿Tu hija? ──pregunta confundida.
──Solo eres una copia. Todos lo somos. ──responde el mayor señalando al resto, quienes sueltan una risa ante aquel comentario──. Camina. Te tengo que mostrar algo.
Aún confundida decidió seguir al avatar que se hacía llamar su padre. Cuando sus píes descalzos tocaron el suelo frio, causándole ligeros escalofríos por todo su cuerpo. Camino entre varios humanos, que no le dirigían ni la mirada.
No recordaba su nombre, ni su edad, su pasado, ni su historia, nada. Su mente estaba en blanco.
──Siéntate ahí. ──ordena el marine señalando la silla frente a él.
Quaritch era mucho más grande que ella, por lo cual, Ne'ha deducía, que era menor que él.
Se sentó frente la pantalla, a los pocos segundos la computadora se prendió, dejando ver a una adolescente castaña con ojos color verde claro.
──Mi nombre es Ne'ha. ──un carraspeó detrás de ella hace que apriete los labios con coraje──. Quaritch. Mi nombre es Ne'ha Quaritch y tú, eres un avatar con mis memorias, que poco a poco empezarán a llegar a tu mente. Tu único trabajo es ganarte su confianza, hazlo y no te volverán a molestar.
