Hyunjin era un respetable hombre de negocios. Serio, imponente y arrogante.
Seungmin aún estaba en la universidad. Un chico tranquilo, amable y obediente.
Ambos eran completos extraños cuando se casaron, sin embargo la gran química sexual que había...
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Jeongin se encontraba sentado en el sillón, en medio de ambos chicos, Bin mordía y besaba su cuello, Chris le comía la boca y él acariciaba los muslos de ambos.
-Diablos, ¿quieres jugar pequeño? -preguntó el más alto con la mirada profunda.
-¿Qué tipo de juego? -preguntó un poco adormilado por el placentero beso que estuvo recibiendo del otro chico y que ahora lamía el lóbulo de su oreja.
-Tócate para nosotros -pidió con voz ronca.
-Vaya, ustedes si que son unos pervertidos -se burló el menor con diversión, aun así se levantó y le dio un pico a cada quien para pararse frente a ellos.
Les dio la espalda cuando comenzó a desnudarse bajo la atenta mirada de ambos chicos, y movió sus caderas cuando sacó sus pantalones y mostró las bonitas bragas que constaban de dos ligas que apretaba sus glúteos por debajo dejándolos a la vista y se unían a un pedazo de tela por enfrente que tapaba su miembro. Un movimiento detrás le hizo voltear para ver cómo Chris encendía la televisión y conectaba su celular a la pantalla para transmitir la música, el menor le agradeció con una sonrisa y al ritmo de la música movió lentamente sus caderas. Ambos hombres parecían encandilados ante el cuerpo del menor, Jeongin tenía un cuerpo esbelto y bien trabajado, de abdomen marcado, muslos y pantorrillas enormes, las caderas eran anchas, el trasero respingón y la cintura fina. Era un dios.
Y ellos se encontraban admirándolo como uno.
Después de toda la noche, Jeongin por fin se sintió en su elemento, él siempre dirigía a sus parejas, no al revés, por lo que aunque él era pasivo, le gustaba ser demandante en cómo se manejaba en la cama.
Terminando el sensual baile en donde recorrió su cuerpo con sus propias manos, se sentó en la orilla de la mesita de noche que se encontraba en medio de la sala y frente a ambos chicos que en algún momento se habían quitado la ropa solo quedando con sus boxers y se acariciaban el uno al otro por encima de la tela. El menor se mordió los labios ante tal imagen, era una escena muy caliente y él se estaba quemando.
Se bajó los calzoncillos y los sacó lentamente lanzándolos por algún lugar de la sala. Su miembro ya se encontraba erecto y con una gotita de pre semen en la punta, con la ayuda de ese líquido comenzó a subir y bajar su mano, masturbándose con lentitud y suspirando bajito.
Cerró sus ojos y echo la cabeza hacia atrás disfrutando de sus propias caricias y de las miradas llenas de lujuria que sabía le mandaban sus espectadores.
Sin vergüenza alguna se arrodilló en la alfombra de espaldas a los chicos y recostó su pecho en la mesita alzando el trasero y exponiendo su entrada, sonrió satisfecho al escuchar los jadeos de sus compañeros.
Con ambas manos extendidas sobre sus glúteos, apretó las mejillas y las separó para que los dos hombres tuvieran una mejor vista.
-Mierda - susurró Bin bajándose los boxers con prisa.
Chris se rio divertido y caliente, parece que las cosas serían mucho mejores de lo que ambos creyeron, imitó a Bin quitándose también la última prenda y ambos se masturbaban mientras veían al peli rosa preparándose con dos dedos dentro de él.
El menor miró sobre su hombro y gimió al ver a ambos hombres dándose placer utilizándolo a él de material pornográfico, eso era muy pervertido y le gustaba.
Ambos estaban muy bien dotados y por un momento se preguntó si cabrían ambos en su pequeño orificio. Ante tal pensamiento y con un fuerte gemido se vino en la alfombra siendo seguido por ambos chicos que se corrieron en sus manos.
