"Caminos invertidos" MiChaeng

Capítulo 7

Jinyoung y Mina llegaron a la casa de Jaebeom. Al bajar del coche, Junior cogió de la mano a Mina y la besó.

—Estás preciosa, mi amor.

Mina sonrió y ambos se dirigieron a la entrada de la gran casa. Como siempre en este tipo de reuniones, la psicóloga hacía un esfuerzo por departir amenamente, pero en el fondo, detestaba ese tipo de reuniones donde todo el mundo estaba más preocupado por quedar bien y guardar las apariencias que por ser uno mismo. Sin embargo, lo hacía por él, por Jinyoung. Sabía lo mucho que significaba para el su trabajo y siempre que estuviera en su manos no dudaría ni un segundo en apoyarlo.

Como era costumbre en este tipo de reuniones –y la cual Mina no terminaba de entender–, en algún momento de la velada, en los salones se agrupaban siempre las mujeres mientras los hombres salían a la terraza.

—Mina, querida ¿Cómo está la pequeña Jihyo? —Preguntó una de las señoras que había asistido como acompañante a aquella reunión.

—Muy bien, gracias, creciendo a pasos agigantados —respondió.

—¿Ya decidieron a que escuela la enviarán? —Preguntó otra mujer.

—Eh.. No... Aún no.

—Pues deberían ya pensar en eso y presentar la solicitud lo antes posible, esas cosas toman su tiempo —aconsejó otra mujer ajena a las ya mencionadas antes.

—Eso es verdad, a mí Jongin ya lo hemos inscrito en dos escuelas diferentes.

—¿Con tanta anticipación? Pero si tu hijo tiene apenas un año ¿No? —Cuestionó Mina sorprendida por lo dicho.

Mientras tanto, en otro lado de la casa estaban los hombres.

—Jinyoung, ven para acá, te voy a presentar —dijo uno de los socios de Jinyoung —. Señores, para quienes no lo conocen, él es nuestro abogado estrella.

—No exageres, vamos. Mucho gusto, Park Jinyoung Junior.

—Hemos oído que eres tú quien está llevando el caso de Lee.

—Claro, quien más lo podría llevar si no es Jinyoung —halagó su socio —, si vieran a este muchacho en acción en la corte, no hay juez que se le resista, nunca he visto tal poder de convicción.

—Pues te felicito hombre, muchos abogados del país quisieran tener ese caso en sus manos —dijo otro hombre.

—Muchas gracias, si me disculpan un momento.

Jinyoung se acercó a Jaebeom rápidamente.

—Jaebeom ¿Tienes un minuto? Quisiera hablarte de algo en privado.

—Obvio Junior, vamos a la biblioteca.

Media hora más tarde, Jinyoung terminaba de explicarle a Jaebeom, quien lo escuchaba en silencio desde su sillón, sus razones para desconfiar y su intención de dejar el caso.

Cuando el jóven abogado terminó de hablar, Jaebeom lo quedó mirando fijamente, luego se levantó y se asomó por la ventana que daba a la terraza. Desde ahí pudo observar a un grupo de mujeres salir hacia el jardín entre las cuales se encontraba Mina.

—Tienes una mujer encantadora Junior. Aparte de guapa, es inteligente, divertida, viene de buena familia y te ha dado una hija preciosa. Muchos envidiarían tu suerte ¿Lo sabes?

Jinyoung se limitaba a mirarlo con confusión. No sabía el por qué de sus palabras.

—Tienes una gran responsabilidad hijo, mantener una familia así no es trabajo fácil. Jihyo con apenas dos años y todo un futuro por delante del cual tú eres el mayor responsable ¿Por qué poner todo en riesgo por escrúpulos tontos?