Capítulo 40

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Chaeyoung y Mina habían decidido comenzar a preparar la habitación del bebé, pero con Jihyo y lo susceptible que estaba, decidieron redecorar su habitación también. La pintora entonces involucró a la niña directamente haciéndola escoger los colores, adornos y demás.

—¿Dónde la quieres, peque? —le preguntaba Chaeyoung a la niña.

—Ahí —señalaba en respuesta a la pared al costado de su cama.

—Muy bien.

Chaeyoung cogió la escalera y colocándola cerca de la pared, se dispuso a colgar la lámpara que hacía días le había comprado a Jihyo.

—¡Qué lindo, qué lindo! ¡Mami, mira mi lámpara de tortuguita!

—Enana, tu mami está durmiendo la siesta.

—Todo el día duerme la gordita.

—Ja, ja, ja —rió ante el comentario —. Si te escuchara tu mami, enana, seguro no le hace ninguna gracia. Ja, ja, ja.

Era viernes por la tarde, y Jinyoung y Jeongyeon habían quedado en pasar por Jihyo para salir toda la semana rumbo a una casita que habían alquilado frente al mar. La niña estaba más que emocionada con la ideam Mina, sentada sobre la cama de Jihyo, terminaba de empacar sus cosas.

—Mi amor, tu pijama esa de mangas cortas, traemela para meterla en la mochila.

—¿Cuál?, ¿la amarilla de muñequitos?

—Sí, esa.

—Mami, tengo que llevar mis cosas para la arena; la pala y el baldecito.

—Oye, ¿dónde vas a cargar todo eso? —Jihyo con una sonrisa alzaba los hombros —. Bueno, ahora cuando venga tu papá lo sacamos del armario.

—¡Síii! —se acercó de pronto a Mina y le cogió el vientre —. Te quiero mucho.

Mina la miró y no pudo evitar sonreír emocionada ante la reacción espontánea de su niña.

—Ven, mi amor, súbete aquí en la cama junto a mí.

Jihyo se subió y quedó arrodillada a lado de Mina, quien comenzó a acomodar los cabello lisos de su hija para luego mirarla y comenzar a jugar con su nariz.

—Mi princesa, él también te va querer mucho, ¿sabes?, y cuando esté más grande podrá jugar contigo, mi niña —con cuidado, la estrechó en sus brazos y Jihyo rodeó su cuello con sus manitas. Mina tenía lágrimas en los ojos —. Te quiero mucho, enana. Mucho, mucho, mucho, mi niña bella.

—Yo también, mami —respondió apoyada en su hombro.

Chaeyoung llegó algo más tarde de lo acostumbrado. La nueva muestra de pintura se avecinaba y ultimaba detalles con la galería. Al entrar a casa, encontró a Mina echada sobre el sofá profundamente dormida. Con el calor que hacía, apenas llevaba una camiseta de maternidad de tirantes y sus bragas. A la pintora le seguía pareciendo esa imágen tan hermosa que no podia evitar quedarse contemplándola embobada mientras una inmensa ternura la invadía. Se acercó lentamente al pie del sofá y se arrodilló, levantó apenas la camiseta y besó suavemente su vientre La psicóloga al sentirlo sonrió y comenzó a despertarse. Chaeyoung sin dejar de acariciarla subió un poco más y la besó dulcemente en los labios.

—¿Cómo estás? —preguntó la pintora.

—Bien, me quedé dormida.

—Sí, ya me di cuenta. ¿Y la peque?, ¿se fue tranquila?

—Sí, la hubieses visto, llevaba un arsenal de cosas, y bueno, ya sabes que Junior babea por ella, así que le dejó llevar todo.

—Ya me imagino —sonrió —. Le harán bien esos días en la playa.

"Caminos invertidos" MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora