"Caminos invertidos" MiChaeng

Capítulo 9

Los meses siguieron su curso y sin proponérselo, las sesiones de Chaeyoung y Mina se convirtieron más en una charla entre amigas que en una sesión de terapia. A pesar de su diferente percepción de las cosas y la vida misma, ambas disfrutaban de la compañía de la otra.

Mina, por un lado, olvidaba un poco sus problemas con Junior, quien se mostraba cada vez más distante y frío mientras que Chaeyoung, si bien mantenía su actitud callada y retraída con todo el mundo, con la psicóloga se mostraba relajada, algo sonriente y a veces hasta bromista.

Si bien es cierto que la relación que habían empezado a mantener era de verdad más agradable, la química que había entre ellas era indudable.

—¡Hey pintora! —gritó Mina desde el suelo, llamando la atención de la artista que se encontraba arriba de los andamios —. ¿Me parece o te estás demorando demasiado en ese mural?

—A ver, inténtalo tú, me interesa saber cuanto te demorarías.

—Eso es fácil, no me demoraría nada porque no sería capaz de hacer una línea. ¿Bajas un momento?

Sin decir nada, Chaeyoung bajó.

&¿Qué tal? —ijo ya frente a frente con la psicóloga.

—Bien, ¿y tú?

—Bien supongo.

—Chaeyoung, quería pedirte un favor.

—¿A mí?

—Sí, a ti. La chica esta que acaba de entrar a la prisión, Sooyoung.

—Sí, ¿qué hay con ella?

—Es mi nueva paciente, sabes que no puedo hablarte del caso específicamente, pero es un caso muy complicado y la chica está aterrada de estar aquí.

—¿Y qué tengo yo que ver con eso?

—Podrías acercarte a ella, hablarle, para que no esté tan desprotegida.

—Me pides a mí que sea amiga de alguien, Nari, con lo que me gusta hablar, ¡joder!

—Es un favor que te pido Chaeyoung, me ayudarías un montón. Di que sí... vamos...

Chaeyoung la miró por unos instantes con una mueca, dudando de su respuesta y odiando tener que aceptar.

—Bueno... veré que puedo hacer, pero no te prometo nada, eh.

—Gracias —sonrió —. Sabes, me gusta el "Nari", nadie me llama así. Ya me voy que estoy tarde, todo por tu culpa, ¿ves? Porque me distraes —la golpeó amistosamente en el hombro y rió —. Te veo luego.

Chaeyoung se la quedó mirando y sonriendo a la vez que negando con la cabeza subía nuevamente por el andamio.

Mina estaba en su habitación mirando la televisión. Había pasado casi toda la tarde jugando con Jihyo y se sentía algo agotada. Miró el reloj sobre la mesita de noche y eran pasadas las veintitrés. Giró su cabeza y miró el lado vacío de la cama, levantó los ojos unos minutos y se llevó la mano a la frente. Luego se levantó y colocándose la bata, bajó a la primera planta para luego dirigirse a la biblioteca.

Al abrir la puerta, encontró a Jinyoung con la mirada pérdida, semiechado en unos de los sofás y con un vaso de whisky a medio terminar entre las manos, acto seguido, Mina se acercó a él despacio.

—¿Junior?

—¿Sí?

—Junior, son más de las once, ¿no vas venir a dormir?

—No tengo sueño, ve tu cariño y descansa.

—Junior, ¿qué te pasa? Llevas meses así, háblame mi amor, por favor.