Capítulo 22

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A las seis y media de la mañana, Chaeyoung ya estaba levantada y esperando que dieran las siete para que las celdas fueran abiertas. Dahyun aún dormía cuando una guardia finalmente abrió la puerta. Chaeyoung salió de inmediato con sus implementos de aseo, pero antes de dirigirse a los baños se detuvo en el teléfono, sonrió al ver que no había nadie haciendo cola así que introdujo la tarjeta de inmediato y marcó. El teléfono timbró varias veces hasta que se activó la contestadora automática y Chaeyoung colgó sonriendo.

—Dormilona —se dijo a si misma.

Iba a volver a llamar a la casa pero decidió finalmente marcar el móvil de la psicóloga. Esta vez sin embargo entró de frente a la casilla de voz, lo que dejaba en claro que el aparato estaba apagado.

—Hola bella durmiente —comenzó a hablar después de escuchar el tono —. Espero que te despiertes pronto sino llegarás tarde. No veo la hora de verte. Te amo, adiós.

Chaeyoung se la pasó pintando varias paredes de la zona de la cocina y lavanderia de la prisión, y cada cierto tiempo salía al patio con la excusa de fumar pero en realidad miraba hacia el estacionamiento por si veía llegar a Mina. Así transcurrió la mañana y la psicóloga no apareció, lo que extraño un poco a la pintora. Sin embargo, lo atribuyó a que probablemente habría tenido alguna de esas reuniones en el ministerio.

Luego del almuerzo, la pintora esperó impaciente que dieran las treis y media, hora de su consulta. A la hora exacta se dirigió por el corredor hasta el despacho de Mina, en ese instante vio que la puerta se cerraba y la luz al interior era encendida. La pintora sonrió y se apresuró a llegar a la puerta, toco una vez y abrió la puerta inmediatamente.

Chaeyoung se paró en seco sorprendida y desconcertada al ver quien estaba dentro del despacho.

—Perdone, pensé que era la doctora Myōui.

—Hola Chaeyoung —dijo Momo al verla —, tienes consulta con ella, ¿verdad?

—Sí.

—Que raro, esta mañana no vino tampoco. Estuve llamando a su móvil pero no lo contesta.

Chaeyoung la miraba en absoluto silencio mientras una ligera preocupación la invadía.

—Bueno, debe haber tenido algún contratiempo. Me temo Chaeyoung que tendrás que volver a la zona de celdas.

—Pero si la doctora Myōui llegará —miró a la directora.

—Si la doctora Myōui llega, seguro te manda llamar.

—Sí, claro —bajó la mirada.

Chaeyoung volvió al ala sur visiblemente fastidiada y se dirigió directamente al teléfono. Luego de esperar en la cola más de venticinco minutos, finalmente era su turno. Marcó primero el de su casa pero igual que en la mañana, tras timbrar un buen rato, la contestadora se activó y la pintora colgó enojada. Luego marcó el número del móvil y volvió a dejar el mensaje luego de aclarar un poco la voz para hablar.

—Hola, soy yo, y nada, como hoy no apareciste supongo que te surgió algo. Pero bueno, solo quería decirte que te eché de menos. Mañana te llamo y me cuentas, besos.

Al día siguiente, se repitió la misma historia y Chaeyoung se encontraba bastante preocupada.

—¿Pero por qué no contesta el teléfono al menos?, no lo entiendo. Ella no falta así como si nada al trabajo, ni la misma directora sabe nada.

—Cálmate Chaeng, tal vez tuvo que viajar, ¿no tenía a los padres en Japón?

-Sí.

—Bueno, seguro no ha podido comunicarse, pero estoy segura que apenas pueda lo hará, tranquilízate.

"Caminos invertidos" MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora