"Caminos invertidos" MiChaeng

Capítulo 34

Luego de pasar casi toda la mañana en el museo con el resto de expositores y ultimando detalles, Chaeyoung salió a caminar por la ciudad. Se dirigió directamente a Central Park, lo que menos quería en esos momentos era estar rodeada de mucha gente. Caminó sumergida en sus pensamientos, tratando de entender porqué le era tan difícil hablar con ella de todo aquello, porqué había tenido esa necesidad imperiosa de alejarse, de estar sola, de huir.

Chaeyoung, luego de ese día en la casa de Mina, se había quedado profundamente dolida, sentía de pronto haber removido las fibras más sensibles de su ser, era como si no hubiese pasado el tiempo y todo aquel dolor estuviera ahí dentro suyo, absolutamente vivo, lacerándole el alma.

Se sentó un momento en una banca, con la mirada perdida, tratando de poner en orden sus pensamientos, pero lo único que conseguía era sentirse aún más perdida. Así transcurrieron dos horas, hasta que fue hora de regresar al museo.

Al entrar, Hana, la organizadora del evento junto con Sana, le daban el encuentro.

—Chaeyoung —dijo Hana —, ¿fuiste de paseo?

—Sí, por Central Park.

—Oh, sí, es bonito, y hoy tarde estupenda para caminar.

—Chaeyoung, Hana quería comentarte sobre un evento que tendrá lugar aquí después de la inauguración.

—Sí, hemos organizado un taller con siete pintores de todo mundo, consiste en que entre los artistas intercambian sus experiencias a través de la pintura. Sería un mes de conferencias, pero básicamente convivencia pictórica. Creo que seria interesante para ti, Chaeyoung, poder ver y entender el trabajo de cerca de otros como tú.

—Eh... yo no... —se quedó casi muda, sin saber bien que decir —, quiero decir, me agarraste de sorpresa con esto —volteó y miró a Sana —, tendría que pensarlo.

—No te preocupes, tienes hasta después del evento para saber tu respuesta, ¿sí?

—Sí, gracias, Hana, por el ofrecimiento.

—De nada, me voy, estoy súper ocupada hoy. Nos vemos luego.

—Adiós, Hana.

Sana esperó que la mujer se alejara y se giró hacia Chaeyoung, la notaba rara y más callada que otras veces.

—¿Te pasa algo, Chaeyounf?

—No, nada.

—Eso que te ofrece Hana estaría muy bien, ¿no?

—Sí... pero...

—Si lo sé, no necesitas decírmelo; Mina, pero igual, es solo un mes, ¿no? A propósito, ¿por que no vino con nosotras al final?

Chaeyoung bajó la mirada y se quedó en silencio.

—Ah, algo pasó. ¿Se pelearon?

—No quiero hablar de eso, Sana, además estoy cansada. ¿Y a qué hora es la bendita conferencia de prensa? No veo las horas de irme al hotel a descansar.

—En unos diez minutos vamos para allá y de paso nos tomamos un cafecito.

Sana se limitó a seguir insistiendo. Conocía a Chaeyoung de por más y sabía que nada de esto le agradaba. Nada.

Los tres días y presentaciones a la prensa previas a la inauguración oficial de la muestra transcurrieron con una Chaeyoung bastante retraída y hasta incómoda con tanta publicidad, tanto que no se presentó a la última rueda de prensa y Sana tuvo que disculparla ante todo el mundo. Lo que si disfrutaba la pintora, era los conversalorios que se armaban entre todos los expositores, escuchar hablar a cada uno sobre su arte, las diferentes concepciones, sensaciones que cada uno tenía a la hora de pintar, le resultaba a Chaeyoung de lo más interesante. Finalmente, el día de la inauguración era ya y Chaeyoung estaba echa un manojo de nervios al llegar y ver a tremenda multitud en el museo, periodistas, fotógrafos, criticos de arte, y más, y más gente. Por un momento sintió que sería incapaz de enfrentar todo aquello. Daba vueltas en el vestibulo, sin decidirse a entrar, en eso Sana fue a su encuentro.