Epílogo

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Eran las cinco de la mañana cuando Chaeyoung despertó. Sintiendo un fuerte dolor en la mano, se levantó despacio para no despertar a Mina quien dormía profundamente. Luego de tomarse un calmante, salió de la habitación y se dirigió a la habitación del pequeño Ray. Al acercarse a su cunita, lo vio despierto, le puso la mano en la frente y comprobó que la fiebre no había regresado. El bebé de inmediato le sonrió.

—¿Qué pasa, mi amor?, ¿tampoco puedes dormir? —el bebé, en respuesta, solo balbuceaba y le extendía los bracitos.

—A ver, venga para acá.

Haciendo un esfuerzo, debido a su mano vendada, la pintora logró con cuidado levantarlo en brazos. El pequeño seguía sonriéndole, lo cual hizo que la pintora lo besara con ternura. Salió de la habitación y se dirigió a la sala. Acto seguido se echó sobre el sofá con el bebé sobre su pecho. Inmediatamente, Ray comenzó con sus manitas a cogerle el rostro, haciendo reir a la pintora.

—Ahora te atrapo, vas a ver -hacía como si fuera a comerle las manos y el niñito reia con el juego que su madre mientras trataba de taparle la boca.

—¿Sabes qué, chiquitín?, ¿sabes tú todo lo que yo te quiero? Sí... lo sabes, ¿verdad?

Estuvieron jugando un buen rato hasta que finalmente tanto la pintora como el bebé se quedaron dormidos.

Eran las siete de la mañana cuando Mina se levantó, al no ver a Chaeyoung junto a ella, se dirigió a la habitación del pequeño, y al no encontrarlo ahí, se encaminó hacia la sala, encontrando a Ray dormido sobre la pintora mientras esta lo abrazaba contra ella. La psicóloga los quedó mirando con una sonrisa ante la ternura que le despertaba aquella escena. Luego se acercó a ellos, y agachándose, depositó un suave beso en los labios de la pintora la cual al sentir el contacto abrió los ojos.

—Nos quedamos dormidos.

—Veo. ¿Y tu mano?

—Me dolía hace un rato, pero me tomé una pastilla y ya estoy bien.

Ray comenzaba a despertarse y a sobarse los ojos.

—Uy, creo que el gordito este pronto pedirá su leche.

Y efectivamente, tan pronto el bebé descubrió a Mina, comenzó a levantarse apoyando sus manitas sobre Chaeyoung y a moverse como loquillo para que la psicóloga lo alzara.

—Ya, mi amor, ¿qué pasa? Tiene hambre, mi chiquitín.

Dicho esto, Mina lo alzó en brazos y le dio un beso de buenos días mientras Chaeyoung se incorporaba en el sofá.

—¿A qué hora le toca su medicamento?

—Ahora. Me lo traes a la habitación así se lo doy mientras le doy el pecho. Se me hace que esas gotas no son nada agradables.

—Está bien. Igual me gustaria que la doctora lo revisara, Nari, ella es su pediatra. No sé, me quedaría más tranquila.

—Ahora la llamo antes de ime a trabajar y le cuento todo a ver si cree necesario que lo llevemos o no, ¿te parece?

—Perfecto

Los dias pasaban y Mina notaba a Chaeyoung callada y algo triste. Había intentado hablar con ella, pero la pintora continuaba evadiéndola, alegando que solo estaba algo cansada.

El viernes por la noche, Mina dejó a Jihyo con Jinyoung como solía hacerlo cada fin de semana. Al llegar a casa y luego de cerciorarse que Ray dormía tranquilo en su cuna, fue en busca de Chaeyoung a quién finalmente halló en su estudio fumando un cigarro sentada sobre el alfeizar de la ventana. La psicóloga se le acercó y le dio un beso en la mejilla para luego por detrás, meter sus manos entre los brazos de Chaeyoung y quedar así abrazada a ella. Chaeyoung giró un poco el rostro para devolverle el beso y volvió a su posición normal.

"Caminos invertidos" MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora