Capitulo 24

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Pov: Violeta Rivera Santana

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Pov: Violeta Rivera Santana

Estaba con esa hermosa niña que Arturo protegió. Estaba curándola, ella seguía llorando lo cuál sinceramente me estaba matando por dentro. Un ser tan inocente siendo dañado por culpa mía. Cierro los ojos con fuerza queriendo quitarme los pensamientos. Hasta que escucho a la pequeña hablar.

—Quieo a mami.

Abro los ojos, la miro con algo de compasión. No podía decirle de una manera cruel que su madre ya no iba a estar.

—Papá muio no quieo que mi mamá también. No tengo a nadie.

Escucho esas palabras, mientras le ponía una pequeña venda, pero no resistí, me volteo para llorar. Sintiendo como me abrazan, mientras mis manos tapaban mi cara. No podía creer que Emanuel hiciera todo esto, por causa mía.

—No es tu culpa, violeta debes meterte eso en la cabeza.

Escucho la voz masculina de Arturo mientras se separaba del abrazo. Destapó mi cara viéndolo como miraba a la pequeña.

—Vamos a cuidarla juntos ¿si?

Escucho esas palabras y lo único que hice fue lanzarme a sus brazos a abrazarlo. Sorprendido, empieza a corresponder mi abrazo.

—Gracias por tanto Arturo... No te conozco bien y ya me quieres cuidar a mi y a mis hijos.

Digo mientras sollozo, siento como acarician mi cabello. Cuando de pronto me toma en sus brazos.

—Quiero que descanses, llevare a nuestra princesa ahora ¿si?

Lo miro a los ojos, ya que a causa de la pelea que tuvo con Emanuel ya no tenia sus gafas de sol, podia ver lo golpeado que estaba.

—Quiero que todos descansemos en el mismo cuarto, no los quiero lejos de mi.

Digo mientras el sonríe y me lleva a mi habitación de la casa de mis padres, me deja en la enorme cama mientras veo las dos hermosas cunas de mis hijos. Veo como Arturo sonríe y desaparece para volver con nuestra pequeña princesa.

—Tengo hambe.

Escucho su petición y sonrió suavemente me iba a levantar pero veo la mirada de Arturo seria.

—Yo les buscaré para que coman, no se preocupen esperen aquí.

—Llega rápido por favor.

Digo suplicándole observando como el me mira completamente sorprendido pero con una sonrisa hermosa en sus labios, camina hacia la puerta y se retira. Yo cojo en brazos a la niña que adoptamos, quitándole la ropa mientras le explicaba que esa estaba sucia y que se la iba a cambiar. Busco en mi gran armario, parte de la ropa que mi mamá dejo para mis hijos y le consigo una a esa pequeña princesa. La pongo en la cama mientras cierro mi armario y me volteo nuevamente a la cama para poder vestirla. Ella me ayudaba a hacer este proceso más fácil, le doy un beso en la frente cuando terminamos. Escuchando la puerta que es abierta y viendo a un Arturo con una hermosa bandeja llena de comida.

Obsesión Daddy #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora