CAPÍTULO 9

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Sorteando las piedras que habían caído tras el derrumbe, regresaron hasta la zona donde se dividía la cueva. Aunque el polvo se había asentado, aún se veía con dificultad, y por ello no se percataron de la gravedad de su situación hasta que prácticamente llegaron al cruce.

— Mierda...— Susurró Emily.

La parte de la galería desde donde Dubois había disparado, y que además, era la que llevaba hacia la entrada de la cueva, había quedado totalmente bloqueada. Enormes rocas se habían desprendido del techo, haciendo inaccesible el paso. Por otro lado, no había rastro de Dubois.

Aun así, Morgan trató de mover alguna de las grandes piedras, buscando cualquier resquicio que pudiera servirles para escapar de allí. Fue en vano. Aquella era una tarea imposible.

— Maldita sea...— Refunfuñó irritado.

En su cabeza no podía dejar de pensar que Emily estaba demasiado débil para esperar allí a los servicios de rescate que tal vez tardarían horas en localizarlos. En su desesperación intentó de nuevo empujar una de las rocas, pero sólo consiguió que nuevas piedrecillas se desprendieran.

Emily adelantó un paso, apoyando su mano sobre su espalda.

— Derek, no podremos salir por aquí...— Señaló entonces hacia la galería desde donde había escapado de Dubois. También estaba parcialmente derruida, pero había una abertura entre las piedras lo suficientemente grande como para permitir el paso.

Derek echó un vistazo. No le apetecía en absoluto internarse más en la cueva. No tenía ni idea de qué podrían encontrarse más adelante. Ni siquiera podía estar seguro de si había otra salida. Tal vez era dentro de la propia cueva donde Dubois asesinaba a sus víctimas.

Sin embargo, dadas las circunstancias, no había muchas más opciones. Su teléfono no recibía señal ya desde mucho antes de acceder a la gruta, así que dependían de ellos mismos.

— Tal vez...— Dijo sin demasiado convencimiento.

Emily lo observó. Aún estaba de espaldas a ella, pero sólo necesitaba ver su postura corporal y escuchar el tono de su voz para darse cuenta de su nerviosismo. Al mismo tiempo lo conocía bien, y sabía que en su cabeza ya estaría trazando algún plan, aunque en realidad, no podían hacer mucho más que seguir el único camino posible. Estaba segura de que Dubois podría haber recorrido aquel sistema de cuevas con los ojos cerrados, pero ellos no tenían ni idea de cómo salir de allí.

— ¿Crees que Dubois ha conseguido escapar?— Preguntó Emily un poco inquieta.

Morgan no contestó en un principio. Emily lo vio escudriñar entre las piedras, hasta que finalmente estiró la mano, como si intentara alcanzar algo. Luego se incorporó y se volvió hacia ella, mostrando la glock.

— Dudo que se hubiera dejado esto— Reflexionó — En cualquier caso, si hubiera sobrevivido, habría quedado al otro lado. De otro modo, se habría llevado el arma con él, y más probablemente, la habría usado contra nosotros.

Ella asintió. El razonamiento de Morgan tenía sentido. Resultaba tranquilizador teniendo en cuenta las circunstancias nada tranquilizadoras en las que se encontraban.

Decidida a salir de allí, se dirigió a la galería parcialmente derrumbada. Observó el hueco con más detenimiento. Se dio cuenta de que sólo moviendo un par de piedras no demasiado grandes, facilitaría el acceso sin tener que arrastrarse demasiado. El dolor en su brazo izquierdo había empeorado, así que no estaba en las mejores condiciones físicas para hacer demasiado contorsionismo.

Se inclinó, colocando las manos sobre una de las piedras que se interponía en su camino.

Ni siquiera llegó a empujarla.

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