Morgan tuvo una sensación de deja vu.
No había vuelto a pensar en Dubois ni en lo ocurrido en Luray desde hacía meses, pero justo en aquel momento, de pie, contemplando a Emily podando las rosas en el jardín, los recuerdos regresaron a su mente con una claridad cristalina.
Emily había creído que se lo había inventado, pero lo cierto era que Morgan realmente había vislumbrado ese futuro. No como un sueño, sino como una especie de alucinación que sólo había durado unos segundos. Por supuesto, siempre había creído que había sido producto de la conmoción y la pérdida de sangre, pero ahora, contemplando a su preciosa hija, Sophie, correteando alrededor de Emily mientras jugaba con el cachorro que le habían regalado en su segundo cumpleaños, todo cobró sentido para él.
Se quedó congelado, disfrutando de aquel momento mágico que acababa de materializarse ante sí.
La niña se agachó junto a su madre, a un gesto suyo para que se aproximara. Emily cortó una rosa de color blanco, y después de asegurarse de que se deshacía de todas las espinas, se la entregó. La pequeña chilló, ilusionada por aquel improvisado obsequio y se lo mostró entusiasmada al cachorro, como si realmente éste pudiera apreciar la belleza de la flor. El perrito comenzó a olisquearla con interés.
Emily intercambió una mirada vacilante con Morgan, que se acercó y se colocó de cuclillas junto a ellas.
— ¿Deberíamos decirle que lo más probable es que quiera comérsela?
Derek contempló a la pequeña y al cachorro. Sí, probablemente las intenciones de "Coco" no fueran la mejores pero Derek sospechaba que sería mucho peor intervenir. Sophie estaba en plena etapa de rabietas, y solía obsequiarles con al menos una de ellas al día. Prefería arriesgarse a que Coco se merendara la rosa.
— Em, si haces eso estoy convencido de que se la meterá en la boca a propósito sólo para comprobar si es verdad... Y los dos sabemos cómo acabará eso, ¿verdad?
Emily se echó a reír, muy consciente de las verdaderas motivaciones de Derek. No era la primera vez que lo sorprendía tratando de evitar por todos los medios la furia de Sophie. Lo cierto era que la niña tenía un carácter terriblemente obstinado y no siempre era fácil lidiar con ella.
— ¿Le tienes miedo a una niña de dos años, agente Morgan?— Se burló ella.
— A ésta sí...— Admitió sin pudor, lo que provocó nuevas risas de Emily.
— Sophie— La llamó entonces Emily. La niña se volvió hacia su madre con curiosidad— ¿Por qué no le enseñas la rosa a papá?
Obedientemente, y ante la sonrisa de satisfacción de Emily, Sophie se olvidó del cachorro y le mostró la rosa a Derek, que tuvo que admitir que aún le quedaban muchos trucos que aprender sobre cómo lidiar con la pequeña.
— Esto podría considerarse manipulación...— Le reprochó con una sonrisa.
Emily se encogió de hombros.
— Funciona, ¿no?
Derek entornó los ojos, haciendo un gesto de negación. A continuación, se puso de pie y alzó en brazos a la niña. Luego, olió profundamente la rosa.
— ¿Te gusta?— Preguntó Sophie.
— Me encanta...— Dijo él con entusiasmo— ¿Qué te parece si vamos dentro y la ponemos en agua?
— Síiiiiii— Chilló Sophie. Miró hacia su madre, que acababa de incorporarse— ¿Mami, vienes?
— Claro que sí...— Emily se deshizo de los guantes y los dejó junto a las rosas— Vamos a buscar un lugar bonito donde colocarla...
Morgan le tendió la mano libre a Emily, y sonrió cuando sus alianzas destellaron suavemente a la luz del sol. Se miraron con complicidad y luego juntos, como una familia, caminaron hacia la casa que habían convertido en su hogar.
FIN
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

ESTÁS LEYENDO
PERSÉFONE
FanfictionUn fin de semana romántico, una relación secreta, un accidente y un hallazgo que lo cambiará todo.