Capítulo 14

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EMMA

Finn decidió que aún no estaba cansado y que le apetecía otra ronda. Cuando la botella vacía eligió a la chica, él no dudó ni un instante y nos regaló a todos un momento entre sensual e incómodo.

No lo iba a negar, Finn estaba igual de bueno que Asher, aunque su belleza fuese diferente, ambos tenían un cuerpazo y un toque canalla que volvía loca a cualquiera que se cruzara con ellos. Pero ahí no residía la incomodidad, sino que la chavala, que desconocía su nombre y jamás la había visto, intentaba constantemente arrancarle los labios.

Del bar se iban a la cama y nadie tenía pruebas pero tampoco dudas de ello.

—Será mejor que pasemos a los siguientes, —indicó otra chica que estaba viendo como toda la decencia del asunto se iba por la borda— ¿algún voluntario?

Nadie dijo nada, yo apuré la cerveza sin mucho éxito, porque la amiguita de Emily depositó los ojos en mí y no me dejó escapar.

—¿Por qué no le damos a la nueva parejita una excusa para liarse en público? Todos hemos visto vuestra foto, pero aún no ha habido beso.

Busqué a Asher con la mirada para que fuese él quien finalizara esa locura, pero lo que me encontré fue una sonrisa pícara.

—Vamos Em, demostremos lo que es la pasión.

¿En qué narices estaba pensando? Este no era el pacto que teníamos.

Me removí nerviosa en el asiento, y Asher me cogió la mano para empezar a hacer círculos en mi palma. Vi cómo su cuerpo se acercaba lentamente, y como buscaba mi cuello retirando el pelo.

—No te preocupes, es parte del show.

Los vellos de los brazos se me erizaron con el aire soplado que salió junto con sus palabras.

La noche se estaba torciendo a cada paso. Lo que había empezado como una conversación de disculpa, había terminado siendo una encerrona en la que me estaba poniendo muy nerviosa porque el cuerpo de Asher no paraba de frotarse sobre el mío.

Su mano se fue directa hacia la base de mi cuello para girarlo a su antojo, y depositar un cálido beso que me dejó sin respiración.

No estaba bien. Era un juego. Esto es un juego.

Dejó otro beso, pero en esa ocasión cerca de mi nariz. Cada vez se estaba aproximando más a la boca. Sentía su calor, notaba como su cuerpo rodeaba el mío, como los demás se habían quedado en silencio expectantes.

Dirigí mi mirada hacia la suya. Tenía que parar esto. En cambio, no encontré lo que buscaba, porque sus ojos marrones, con pequeños destellos amarillos, se encontraban ya entrecerrados y fijos en su objetivo: mis labios.

Se inclinó un poco, aferró su agarre en mi cuello, enredando sus largos dedos entre mi pelo, giró la cabeza en un ángulo perfecto para que nuestras narices no se chocaran, y...

Salí corriendo.

Me solté de su agarre, recogí mi chaqueta y me fui pitando del bar.

Nada más abrir la puerta, el frío borró las posibles lágrimas que se fueran a crear en mis ojos.

—¡Em! Espera.

Escuché la voz apretada de Mia fruto de la carrera, pero no podía parar, no en esos momentos.

—Oye, escúchame, que yo estoy de tu lado.

Frené el paso liguero que había alcanzado, y los brazos menudos de mi amiga me rodearon al instante. Estaba aguantando las ganas de llorar con mucha fuerza.

Asher. Amor fingido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora