CAPÍTULO I

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En el techo de las residencia de la academia de la orden de la verdadera cruz se encontraba un joven pensativo totalmente metido en su mundo. Okumara Rin; Hijo de satán, un apodo que los Grigori o incluso el Vaticano le coloco desde su nacimiento, un apodo por el cual muchos exorcista lo conocen, y capaz el solo echo de nombrarlo es repudiable o eso es lo que mayormente todo el mundo piensa, un tic leve apareció en el rostro del medio demonio y con lentitud apretó en sus manos la camisa, aun que no sirviera de nada calmaba de cierta forma el dolor que se formaba en su pecho, de cierta forma todo lo que sucedía estrujaba el pobre corazón del medio demonio, no es que le importa la mayor parte de su vida hasta donde recordaba fue sintiendo como el mundo lo despreciaba, pero tampoco es como si pudiera ignóralo el echo de que vio con sus propios ojos como sus amigos con temor se alejaban...aterrorizados o incluso molestos, esa ira que irradiaban la conocía. Muchos ya lo habían visto así desde su estadía en la academia, o incluso mucho antes de lo que su memoria pudiera recordar no le sorprendía...

—Pero su mirada no era así...—  Se dijo así mismo, su mirada se perdió por unos momentos al recordar como de todas esa miradas una, solo una era diferente, siempre pensó que estaba loco o que simplemente lo confundió pero no era así...Tenia practica sabia quien lo miraba, o al menos que lo miraban, su mirada radiaba miedo, preocupación, calidez...Extrañamente ¿Era posible? Sabia que habían personas en el grupo que lo atrapo que lo apreciaban, dos de ella era Shura y su hermano pero esa tercera...La había notado incluso cuando ya no podía ver ¿Sera que de verdad se confundió? Negó suavemente con la cabeza logrando que se formara un leve sonrosado en sus mejilla, odiaba estos sentimientos, y mas al no saber que eran, sabia de quien era esa mirada pero se negaba a aceptarlo la duda lo carcomía desde hace semanas. Su hermano que a la vez era su mentor no le decía mas de unas cuantas palabras y eso lo irritaba mas, alzo la vista triste y a su vez molesto viendo las luces titilante de la cuidar opacar suavemente las miles de estrellas que adornaban el cielo.

Era su lugar favorito para pensar, o simplemente pasar los malos tragos de la escuela, uno de ellos fue la pelea de Amaimon en el bosque en pleno examen, no solo esa ocasión, mientras estaba sellado fue igual enfrente de los Grigori, a pesar de que se logro encargar de eso no sabia donde enterrar su cabeza al recordar como todo se fue a la borda solo por esos y mas acontecimientos...chasqueo la lengua evitando que las lagrimas salieran, odiaba con todo su ser la sensación de soledad o simplemente el ser recluido cuando sentía que por fin estaba haciendo las cosas bien, o al menos intentando que todo fuera lo mas bien posible —Y una mierda...— Dijo para morderse el labio evitando que las lagrimas salieran, todo sin quitar la vista del paisaje que se mostraba enfrente.

—Una vista hermosa ¿No lo crees?Se logro oír a un costado, Mephisto se hallaba sentado a su lado con una taza de té en manos meneándola suavemente para que el calor del contenido se dispersara un poco y tomarlo con mucha tranquilidad —Me sorprendes Okumara, que puedas estar una hora y media callado no se ve todos los días— Rio para que por fin el medio demonio se sobre saltara por su presencia, confirmando que aun no notaba su llegada. 

—¡¿Cuanto tiempo llevas hay sentado?!— Grito molesto, pero se calmo enseguida después de todo estaba tan sumergido en sus pensamientos que ni siquiera noto su llegada, y para bien o para mal si el demonio mayor estaba aquí era por alguna extraña razón, y aun que también le molestara admitirlo era el único con el que podía ir a hablar medianamente, se sentó de nuevo con una pequeña gota de sudor en su rostro, viendo mas atento al hombre que sonreía satisfecho de su actuar —¿Qué quieres?— soltó secamente al ver como el hombre se ponía la mano en el pecho dramáticamente —¿Cómo puedes hablarme así Okumara?— dijo con un tono horriblemente fingido de dolor, un poco mas y Rin se iba dejándole solo —Esta bien, esta bien viene a darte eso— finalizo al ser interrogado por la mirada intensa del medio demonio irritado, este le extendió un libro pequeño de tapa rojiza con letras extraña talladas en dorado, de lo poco que conocía (O de lo poco que presto atención a clases) el idioma escrito era "Lengua oscura" la lengua satánica, abrió el libro pero inútilmente entendió nada de lo que decía, las imágenes tampoco ayudaban eran dibujos horribles que solo parecían garabatos.

Love from a zeal || BonRin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora