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Conmigo es un lugar lúgubre, aún cuando tú eres luz. Así soy yo, depresiva por naturaleza; en mí hay mucha oscuridad y llegó alguien que, en vez de enseñarme que tengo una luz por ahí, se situó en mi lugar y me acompañó (no hizo nada más). Sola fui sacando chispas, prendiendo algo de mí para que no pasara frío dentro de mí. Lo cubrí sin siquiera tener una manta, desprendí fuego de mi interior para darle calor, con cuidado de no causarle ningún daño. Lo quería proteger; lo que hice siempre fue proteger a las personas de mí.
«Se escondían de mí», pensaba. No comprendía que yo era la que se escondía de ellos, pero en el caso de él fue distinto: me mostré; no me quería cubrir más, no sé qué es lo que tenía o qué magia llevaba consigo. Solo sabía que lo quería todo con él (hasta quedarme, cuando yo siempre fui de desaparecer), aún así teniendo que vivir lo que tanto temí en esta vida.

MUJER PÁJARODonde viven las historias. Descúbrelo ahora