Culpable-s

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Vino otra vez tu recuerdo, esta vez no lo ignoré.
Lo senté a mi lado y lo escuché. No hice oídos sordos como antes.
Lo vi a la cara, ya no me tapé los ojos como en tiempos que no podía mirarte por la vergüenza que sentía.
Me atreví a acariciarlo, no se retiró de mí, al contrario, se acercó más. Y le lloré a tu recuerdo, que tanto intentaba olvidar y evitar a toda costas. Quería que te vayas, pero más te empecinabas en volver.

Así que ahora dejo la puerta abierta y la hago pasar cuando quiera volver, me permito sacar algunas lágrimas y ya no reprimirlas. Me hizo bien porque de aquello salió esto y yo me siento más libre de tus tormentos.
Ya no te traigo, creo que nunca lo hice. En realidad eras tú quien venía, golpeando la puerta sin cesar y yo echaba doble seguro. Si eso no bastaba, no dormía para que no te colaras por debajo de la puerta.

Impedía lo que tenía que enfrentar, quizás por cobarde, siempre me considere así; sin tener el valor de echar frente a mis problemas y tú eras unos de ellos sin resolver. Lo dejé pendiente y entonces me fui, pero cada mañana no faltabas. Tu imagen estaba detrás de las ventanas, y por más que cerrara las cortinas, ya te habías entrado a mi cabeza. Ese espectro me atormentaba porque no asumí la responsabilidad cuando decía "Me eché la culpa, y cargué con ella". No fue así la verdad, tú fuiste el crimen que cometí. Y que me perseguiría el resto de mi vida, pero con eso ahora creo arte. Hay una historia que poco a poco se estará por contar.

― Culpable(s)

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