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No se hizo realidad.
Nuestros sueños rotos quedaron en aquella hamaca,
donde prometiste acompañarme,
pero mi soledad persiste.
Intenté que ni mi sombra permaneciera allí,
sin embargo, ella insiste en quedarse,
y sé que eso no te gusta.
Me dijiste una vez:
«Las sombras te persiguen».

Perdona que quiera seguirte en las sombras,
pero mi alma tiene una propuesta que cumplir.

— Mi alma te persigue (yo ya me fui hace tiempo).

MUJER PÁJARODonde viven las historias. Descúbrelo ahora