''3:15'' [byler]

[| C H I Q U I T I T A |]

Era 12 de abril de 1987, Mike se encontraba junto a Will en su habitación. Esa tarde llovía mucho, por lo que no podían salir sin ser descubiertos. Además de que Byers había tenido un indicio de infarto horas atrás.

Se encontraba muy deprimido mientras miraba hacia la nada, acompañado de Michael, por lo que su amigo decidido a romper el hielo preguntó.

—¿Qué tipo de música escuchas?— la pregunta tomó por sorpresa a Will, pero respondió de forma rápida.

—De todo tipo, pero hay algunas canciones que suenan muy rudas y mi madre me prohíbe escucharlas.

Mike sonrió, se imaginaba algo así por lo sobreprotectora que es su progenitora.

—Bien, ¿escuchas ABBA, Boney M?— notó la confusión de Will, por lo que entendió que no —. No sabes lo que es música Byers— se burló.

—Oye, tengo otro tipo de gustos en bandas, The Clash es uno de ellos— se defendió.

—Hacían buena música— admitió —, pero no es mucho de mi estilo— nuevamente sonrió—. Te mostraré un poco de la música que amo, esta es una de mis favoritas— se levantó de la silla a lado de la cama y buscó en su mochila, finalmente sacó una grabadora y puso una canción.

El sonido de una guitarra destacó en el silencioso cuarto de hospital. Will observó a Mike, quien se veía emocionado. Tenía razón, la canción era increíble, las voces e instrumentos estaban en completa armonía, era algo casi celestial.

Wheeler miró a Byers y comenzó a cantar el coro luciendo muy inspirado, sus pupilas estaban muy dilatadas, y Will no sabía si era por el amor a la canción, o a él. No dejaba de verlo y sonreír como idiota.
Estaba seguro de que le estaba dedicando esa cancion, en ciertos versos elevaba su voz y lo apuntaba o cambiaba los pronombres. Su sonrojo era muy evidente, por lo que en varias ocasiones tuvo que desviar la mirada.

Mike al final estaba tan concentrado en la música que comenzó a mover los dedos en el aire simulando tocar un piano mientras giraba y giraba en medio de la habitación, haciendo que sus rizos se menearan de un lado a otro. Pudo escuchar la escandalosa risa de Byers, algo que era aún más hermoso que la canción de fondo.

—¿Cómo se llama?— preguntó al momento que el otro chico finalizó su acto musical.

—Chiquitita. Es hermosa, ¿no es así?

—Lo es, su letra y melodía son preciosas. Tienes un excelente gusto musical— elogió. Wheeler sonrió orgulloso y asintió.

—Eso es porque no escucho música que no tenga un significado emocional. Esta canción me recuerda a tí, eso la hace especial para mí. Es por eso que es de mis favoritas.

Me recuerda a tí.

Esas palabras hicieron que el corazón de Byers latiera con fuerza, contrario a sentirse mal, lo hizo mejorar. Su corazón a lado de Wheeler era menos débil, él lo hacía vivir.