19. Addie llora por todo

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Cuando Alexa ideó el plan de viajar, había propuesto de una semana a diez días en el pueblo, sin embargo, en el sexto día empezaron a surgir responsabilidades imposibles de aplazar: Derek debía regresar para una entrevista de trabajo que llevaba e...

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Cuando Alexa ideó el plan de viajar, había propuesto de una semana a diez días en el pueblo, sin embargo, en el sexto día empezaron a surgir responsabilidades imposibles de aplazar: Derek debía regresar para una entrevista de trabajo que llevaba esperando meses; Mau y Vicky tenían muchas citas pendientes en su estudio de tatuajes; Alexa tuvo un problema con un proveedor y debía resolverlo personalmente; la madre de Lili iría a comprar decoraciones navideñas en oferta y al parecer era una tradición que compartían madre e hija, así que ella también quería irse.

Eso sin contar que Mau y Sandy apenas se podían mirar a los ojos y que Patrick estaba harto de dormir en un sillón.

Sumando todo, se decidió que el viaje se acortaría. De todas maneras, ya habíamos hecho prácticamente todo lo disponible en ese pueblo pequeño: fiesta, piscina, recorrer la plaza, la gran catedral y conocer el lago.

Sandy había averiguado el tema de las fogatas en los espacios alrededor del lago y al encontrarlo accesible, entre todos pagamos la estancia por varias horas, así que como despedida de nuestras cortas vacaciones, tendríamos una noche tranquila de amigos junto al fuego.

Bueno, tranquila para los demás, para mí...

—¿Estás segura? —Lilian susurró.

Éramos las únicas en nuestra habitación —bueno, la de Lili y Sandy, porque ya llevaba una noche y otra por venir en que yo dormía con Mau—, pero sin darnos cuenta habíamos empezado a hablar en susurros un rato atrás. Quizás ambas temíamos que al alzar mucho la voz, se harían reales mis palabras, mis intenciones y me asustaría tanto, que me retractaría de todo.

Había decidido contarle a mis mejores amigas de mi relación con Lili. Sandy ya lo sabía, pero cuando me puse a hacer balance en mi mente, el ocultarles algo tan importante era mucho más pesado e incómodo que simplemente dejar que lo supieran, pasara lo que pasara.

No había dormido casi la noche anterior, llena de angustia y zozobra. Miraba a Lili que dormía plácidamente a mi lado y tuve la certeza de que todo era bonito ahora porque estábamos en un pueblo lejos de nuestras vidas normales y yo me sentía cómoda en ese aislamiento, pero que una vez regresara a la ciudad, iba a aterrizar y a ocultarme de nuevo.

Decírselo a mis amigas no iba a mermar mis temores, pero sabía que necesitaba del apoyo de todas para cuando las crisis acudieran a mi corazón, así que lo más razonable era sincerarme, de modo que debía aprovechar nuestra última noche allí.

—Creo que es necesario —respondí finalmente, sin quitar la mirada de mi espejito de mano mientras me arreglaba.

—No tienes que hacerlo si no quieres, Kim. —Lili llegó a mi lado y se sentó en el colchón. Nuestras rodillas se tocaban levemente, la miré a los ojos—. Si es por mí...

—No es por ti. Bueno, no del todo. Son mis mejores amigas, merecen saberlo y... —Tomé aire, dispuesta a soltar la otra mitad de mi plan—. Y cuando volvamos, quiero averiguar qué fue lo que pasó conmigo cuando era niña, qué es lo que ahora me hace tener tanto miedo. Para eso, las necesito a ellas a mi lado.

En el armario de Kim •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora