Lunas | Kookmin

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La fiesta estaba en su punto, pero su cometido aún no estaba hecho ya que el par que él necesitaba que estuvieran ahí aún no daban señales de vida.

Taehyung paseo una vez más su visita por todo el recinto del club hasta que dio con cierto Alfa pelinegro que se veía perdido entre tanta multitud. A pasos largos llegó hasta él.

-Hasta que te dignas en aparecer- resoplo el cumpleañero.

-Lo siento, mis cachorros no querían que saliera de casa vistiendo así, pero la señora Shin los ha distraído con galletas.

-Ese par de conejillos- los gemelos estuvieron casi a punto de arruinar su maravilloso plan.

-Pero ya estoy aquí y puedo volver a cualquier hora, los niños se van con la señora Shin para su casa, así que no habrá nadie en mi hogar.

-¿Lo que significa que me estas dando permiso de presentarte a cualquier persona? - los ojitos de Tae brillaron de emoción.

-Si Tae, de todos modos ¿lo ibas a hacer no?

La segunda face estaba yendo bien, solo faltaba que Jimin apareciera.

El lugar estaba bastante lleno, sin duda alguna Taehyung no le mintió cuando dijo que eran alrededor de 200 invitados entre familiares, amigos y clientes de su empresa.

Jimin había llegado casi 3 horas después desde que la fiesta empezó. Cuerpos bailaban al compás de la fuerte música y el aroma a alcohol era indiscutiblemente el predominante en el lugar.

Buscó por alrededor de unos 10 minutos sin ver señales de alguien conocido, y lamentablemente su teléfono había muerto mientras conducía camino al lugar por lo que lo dejó en su auto, así que no tenía manera de contactar a su cuñado.

A como pudo llegó hasta la barra y pidió un Martini para empezar a calentar, la noche era joven y sin duda la aprovecharía al máximo.

Taehyung había perdido de vista al alfa pelinegro, mientras tanto Jungkook se había alejado del círculo en el que se encontraba su primo, no sabe ni como lo hizo pero término en la barra pidiendo un trago para bajar la amargura que le causó ver a Sora en la fiesta.

Jamás imagino que de todos los lugares en los que se la podía encontrar justamente la vería en la fiesta de su primo.

Estaba tan absorto en su enojo que no se había percatado de la persona que estaba a unos pocos centímetros de él. Pero un peculiar y delicado aroma a Miel lo saco de sus 5 sentidos. Era exquisito y poco a poco su lobo se tranquilizó.

El chico lo observaba con unos ojos avellanas bastante bonitos, vestían conjuntos casi parecidos y se notaba que estaba ya bastante alcoholizado por el aspecto de su mejillas sonrojadas y ojos dilatados.

Era un Omega bastante bonito.

En el último par de horas había podido tener acceso a su teléfono de nuevo, pero la estaba pasando tan bien hablando con el bartender que no sintió la necesidad de llamar a su hermano o cuñado.

Apenas había probado una copa, así que, si al inició dijo que iba por el alcohol, era bastante mentiroso

De pronto su lobo se alertó y al igual que un par de veces antes Jimin se sintió mareado.

LIMÓN LIMÓN LIMÓN MÍO MÍO MÍO

Le repetía una y otra vez su lobo. Sintió su cuerpo entrando en trance como le sucedía cuando estaba por entrar en celo.

Dirigió la vista hacia la persona portadora del fuerte aroma el cual estaba decorado con notas agrias, y eso produjo un efecto en el lobo del Omega, empezó a soltar más feromonas con la intención de apaciguar el malestar del alfa.

Jimin había quedado más embobado de lo que ya estaba con solo el aroma del extraño. Ojos brillantes, cabello oscuro y Dios ese outfit le quedaba 100/10.