1. Un esperado accidente

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Estaba en el bar donde trabajaba, tratando de no gritarle todo lo que sentía en su cara, tratando de no hacer un escándalo, porque él no se lo merecía, era un desgraciado que no sabía el significado de valor o del amor, mis ojos picaban por las lágrimas que querían salir, dicen que llorar por amor es una estupidez y quizás era cierto, pero cuando algo te duele uno solo quiere llorar y limpiar ese dolor desde el fondo de su corazón.

Había desperdiciado mucho tiempo, tres años para ser preciso, fue por él, que yo le dije a mi madre que soy gay, y fue por el que salí del closet, y ahora me sale que se casara con una chica de su congregación, mas cabron, imposible. No lo odio, lo ame... corrección aun lo amo mucho, me dio los tres años más maravillosos de mi vida, pero es un cobarde, se porque lo hace, él nunca tuvo el mismo valor que tuve yo, jamás le dijo a nadie que es gay, nunca ni a su mejor amigo que resulta ser mí vecino, y que fue por el que nosotros nos conocimos.

Él estaba ahí, me observaba, notaba como sus ojos se enrojecían, el me conocía, y sabía que era lo que yo estaba sintiendo, y pensando en ese momento, pero más que eso quería salir corriendo y no verlo más nunca o hasta que se me pasara todo este dolor.

Ya había terminado todo con respecto a esa relación, ya no había más nada que hacer ahí, y aunque no quisiese le di una bofetada con toda fuerza que tenía, tal vez no era lo mejor, pero fue lo que me salió al levantarme de la silla, sentí algo avergüenza, pero hice lo que tenía que hacer quitarme una parte del peso que empezaba a cargar. Salí del bar a toda prisa y como pude, mi jefe me estaba siguiendo lo conocía, ya había trabajado para el casi un año y sé que me iba a hablar de lo que paso allá adentro así que aceleré más el paso, hasta que me vi afuera del local y pude sentir el aire tibio que corría por la ciudad, hazle mi vista para ver la parada de los autobuses que me quedaba muy cerca.

Empecé a caminar cabizbajo, metido en mis pensamientos y la tristeza que empezaba a crecer dentro de mí, tal vez tuve que fijarme mejor cuando cruzaba la calle, porque solo recuerdo escuchar el claxon de un auto, lo último que recuerdo fue que la luz que reflejaba el auto me segó. Y no recuerdo más.

    Desperté algo mareado, no sabía dónde estaba ni como había llegado a ese lugar la luz me molestaba de sobre manera en los ojos, pero pude determinar que no era del sol, si no de un bombillo

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Desperté algo mareado, no sabía dónde estaba ni como había llegado a ese lugar la luz me molestaba de sobre manera en los ojos, pero pude determinar que no era del sol, si no de un bombillo.

- ¿Dónde estoy? – alcance a decir y ni yo mismo podía oír mi voz.

- Estas en la clínica, mi amor – oí la voz de mi madre, era una mezcla entre preocupada y aliviada. En ese momento empecé a suponer que fue lo que me había pasado, pero igual decidí preguntar.

- ¿Qué... qué fue lo que paso?

- Tuviste un accidente, casi... – no pudo completar la frase. – pero ya paso, así que no te tienes que preocupar por nada bebe – podía sentir la cercanía de mi madre, la vi a la cara y pude ver sus ojos cansados, con grandes bolsas debajo de estos.

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