El conjuro de rastreo no tardo en hacer efecto, la soberbia de Antonio no tenía límites, el conjuro que estaba preparando lo realizaría aquí en Puerto Ordaz, no sabía si era que estaba seguro de que ganaría o como dije su soberbia no tiene límites, teníamos pociones listas para matar a cualquier demonio menor que se acercara, doña Liseth tenía sus cadenas listas, y le dio a Pablo su espada samurái para que también tuviera un arma, Patrick quería ir con nosotros pero lo convencimos de que lo más prudente era que se quedara en la casa él no tenía ningún tipo de poder, y no podíamos asegurar que volviera con vida, Yosken quería ir también pero al igual que Patrick, él se debía quedar, solo iríamos nosotros, los cuatro podríamos enfrentarnos a esto, y no podíamos andar con distracciones, mi cuñado se ofendió mucho y se encerró en la habitación que doña Liseth le había prestado, Sofí se preocupó pero la calme diciéndole que era lo mejor, solo sería una carga y era mejor que se mantuviera lejos.
No íbamos a poder ir en un automóvil, la ciudad estaba repleta de gente paralizada, Antonio no les había devuelto sus almas, pero los había dejado como estatuas, en medio de las calles, el olor a descomposición se estaba apoderando del aire y era sumamente difícil respirar aquel aire, que tenía una mezcla entre tripas, sangre, heces, y bilis, las aves de rapiña se veían en el cielo yendo y viniendo buscando la presa que más se les apetecía.
Le pregunte a doña Liseth que clase de conjuro era el que quería hacer Antonio.
- La excomulgación...
- ¿Y en que consiste? – pregunto Sofí impaciente.
- Primero que nada, deben saber que el hecho de que le haya quitado el alma a las personas no era solo porque necesitaba una forma de persuadirte Lenny, él tenía que quitar de su camino a tantos humanos como le fuera posible. El conjuro de la excomulgación consiste en abrir las puertas que separan este mundo del infierno, ya que el mundo de los demonios, esta tan apartado del resto del universo, hay ciertas puertas que los acercan, pero están selladas, hay grietas eso es cierto, pero no son lo suficientemente grandes para que pasen todos los demonios, pero el objetivo del conjuro no es abrirlas solamente, es acercar a ambos mundos los suficiente para que iniciar la fusión, de ambas dimensiones.
- ¿Cuántas puertas son? – pregunte yo.
- Son seiscientas sesenta y seis.
- El numero de la bestia. – dijo Sofí en un tono como de duda.
- Sí el mismo número. Son esa cantidad por el hecho de que ese es el mismo número de puntos de energía del mundo, existe seiscientas sesenta y seis punto de energía en el mundo, antes de que la entrada se le prohibiera a este mundo, Lucifer agarro estos puntos y los convirtió en puertas, por eso se les conoce como el numero de la bestia porque el tomo esos puntos como suyos. Son pocas las personas que saben porque ese número en específico es el famoso numero de la bestia.
Eran las tres de la tarde cuando el cielo se empezó a oscurecer, las nubes se pusieron negras, y el cielo se oscureció como si fuera de noche, el viento empezó a ir cada vez más rápido, y empezaban a caer rayos y centellas, el sol ya no estaba en el cielo, para una persona normal, hubiera sido imposible verlo, pero para nosotros, no era así, al principio pensé que era un eclipse, pero después cuando lo vi bien, era como un manto que había cubierto el planeta por completo, el ritual para abrir las puertas había empezado. Casi no podía escuchar mis propios pensamientos las fuertes corrientes de aire se llevaban cualquier atisbo de sonido.
- Tenemos que ir ahora, el mapa dice que está en la plaza CVG. Debemos ir antes de que los primero demonios empiecen a surgir, la primera etapa del conjuro se realiza en muy poco tiempo.
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PSÍQUICO
FantasyLenny un joven universitario cuya vida solo gira entre sus estudios, su madre y amigos, quien, a falta de tener más familia, siempre ha podido contar con su mejor amiga para absolutamente todo incluso para su vida amorosa. Pero la vida de Lenny da u...