Capítulo 8 - Llegó el día

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- Cálmate, idiota. – se dijo por quinta vez esa mañana- eres un chef de primera, no puedes dejar que esto te venza.

Las tostadas se le quemaron una vez más y ya empezaba a estar harto del sabor a chamuscado. Estaba descentrado y demasiado nervioso y eso era inusual en él. Un caballero jamás debía perder la compostura, pero ahí estaba, como un auténtico idiota intentando contener una sonrisa estúpida en la cara y la cabeza en las nubes.

Acababa de amanecer, casi no había dormido la noche anterior, pero se sentía con demasiada energía acumulada por lo que se levantó con rapidez mientras los otros dormían a pierna suelta. Se tomó un baño y fue a la cocina, no pudo concentrarse.

Había llegado el día.

Ya habían pasado los tres días desde que salieron de Arabasta y se prometió con Zoro que, en cuanto pasasen, volverían a intentar el gran y horrible intento que tuvieron en el castillo de Vivi. Los nervios y la nula experiencia pasaron factura a ambos, sobre todo al cocinero que tuvo que ponerle remedio a lo ocurrido y el espadachín se encargó de que se curase con un ungüento que curó su herida. Ahora estaba en plenas condiciones.

- Buenos días, Sanji – Saludó adormilado Usopp que con unos reflejos inesperados fue capaz de esquivar un sartenazo que iba directo a su cara- ¡uah! ¿Qué diablos te pasa?

- L-lo siento, pensaba que eras un monstro devorador de caballeros... - se excusó con los nervios a flor de piel.

- ¿Por qué iba a haber algo así en el barco? – gritó enfadado ante tal tontería.

- "pero si lo hay" – pensó avergonzado el cocinero, por suerte, si que llegaron las únicas personas que conseguían distraerle por completo- buenos días Nami-chwan, Robin-swan, en seguida os preparo el café~♥

- Es raro veros llegar a la vez y tan... amigas – saludó el de nariz larga a las chicas.

- Ah, anoche le dije a Robin que podía venirse a mi habitación, a partir de ahora dormirá conmigo en el camarote.

El cigarrillo cayó de los labios del cocinero ante tal noticia... Robin y Nami en la misma cama. Juntas. En una estrecha cama, sus cuerpos rozándose... una caricia furtiva. La morena tomando la barbilla de la navegante...

- ¡Buenos di-UOOOH Sanji te desangras! – dijo nada más entrar Chopper que se encontró al rubio en un charco de sangre causado por una hemorragia nasal.

- Doy gracias por estar vivo... - susurró todavía tirado en el suelo mientras el reno ponía tapones de papel en sus orificios nasales.

Los últimos de la tripulación aparecieron, Luffy se lanzó a su sitio habitual y Zoro bostezó un saludo que enfureció al cocinero.

- ¡No me estropees mi sueño con tu estúpida cara, marimo de mierda! – se lanzó a darle una potente patada que lo lanzó fuera de la cocina y cerró la puerta de golpe dejando a todos atónitos sin entender a que venía tanto escándalo.

- Maldito imbécil ¿Qué cojones te pasa tan temprano? – la abrió él unos segundos después con la cabeza llena de sangre, Chopper ya no sabía a quién atender, demasiada sangre de buena mañana.

- ¿Por qué tenías que ser tú con las bellezas que hay en este barco? – se tiró al suelo una vez más para golpear la madera de forma dramática- ¡yo también quiero estar en esa cama! ¡me cambio de habitación, quiero dormir con vosotras a partir de ahora!

- ¡Estás muy ruidoso esta mañana! – gritó Nami ya zanjando el tema con un buen golpe a la cabeza al escandaloso rubio que por fin se calló, o más bien, se quedó inconsciente.

One piece OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora