Capítulo 7 - Bajo las estrellas

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- ¡A despertar todo el mundo, panda de escoria marina! – gritó el cocinero de buena mañana mientras golpeaba una de las ollas con un cucharón para hacer ruido – si no estáis aquí en cinco segundos os quedareis sin desayuno... ¡UNO!

Luffy salió escopetado de su hamaca, seguido de Chopper y un adormecido Usopp que se cayó de la suya con tanto alboroto, no había rastro de Zoro en el cuarto de los chicos, pero a ninguno de los de allí le preocupó. El espadachín se despertó de golpe al escuchar la cuenta atrás, por un momento pensó que les estaban atacando, pero reconoció al instante la voz del rubio. Chasqueó la lengua y a toda velocidad metió el futón en el barril donde lo ocultó para traerlo al Going Merry, se calzó y cerró la puerta de la bodega tras él directo a las escaleras para ir a la cocina donde Sanji ya estaba a punto de llegar al cinco, Zoro se lanzó como si de un jugador de beisbol se tratase.

- Y-ya estoy aquí – saludó entre jadeos tirado en el suelo, ganando la carrera.

- Lávate las manos – le dio con el cucharón en la cabeza sin demasiada fuerza con una sonrisa en los labios.

Todos reunidos planificaron como escaparían de la isla, pero como siempre, surgieron los problemas. La Marina les encontró y amenazó con bombardearlos de camino al punto de encuentro en el que habían acordado con la princesa Vivi que todavía no aparecía, pero gracias a Bon-chan, consiguió tiempo para que esta apareciese y decirles que se quedaba en Arabasta, pero que siempre los consideraría sus nakamas. Estos, al no poder confirmarlo en voz alta porque si no meterían en problemas a la chica de cabello celeste con la Marina, levantaron sus brazos enseñando la marca que se hicieron en el brazo derecho para que supiera que efectivamente seguirían siendo sus nakamas aunque fuesen por caminos separados.

Mr. 2 también consiguió su propósito de distraer al enemigo para que los Mugiwara pudieran escapar de allí y fue atrapado junto con su tripulación, todos estaban abatidos por la ausencia de Vivi, pero a cambio llegó una nueva incorporación a la tripulación: Miss Sunday, o como en realidad se llamaba Nico Robin.

Todos se opusieron de inmediato, tener una asesina en el barco era algo difícil para algunos, menos para el capitán, que se hizo responsable de su vida en el momento en el que la salvó de las garras de Crocodile y perdió las ganas de vivir. Uno a uno logró convencer a los demás de que no causaría problemas para que la dejasen quedarse con ellos, todos menos uno.

- No confío en ti – dijo tajante el alfa en un momento en el que estaba él solo y ella se le acercó para hablar con él – fuiste nuestra enemiga en Arabasta ¿Qué te hace pensar que tienes la oportunidad de quedarte aquí con nosotros?

Ella guardó silencio unos silencios y terminó sonriendo mientras se apoyaba en la barandilla del barco para luego enseñarle una mano a Zoro, este no entendió a que venía eso hasta que ella escondió tres de sus dedos e hizo el mismo gesto que le hizo él a Sanji por la noche en el que casi muere de vergüenza, ahora fue él quien sufrió lo mismo.

- ¡Luffy, esta mujer no puede quedarse aquí! – gritó escaleras abajo para ir a por su capitán y zarandearle rojo como un tomate.

- ¿eh, por qué? – quiso saber-

- Porque... -se detuvo al instante al ver que todos le observaban con curiosidad, no podía decir en voz alta que la morena estuvo escuchando la conversación privada que tuvo con Sanji sobre como perdieron la virginidad, sería hombre muerto – porque...no.

One piece OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora