Miró sus manos confundida. En ellas no había ni una sola arruga o mancha de sus casi cincuenta años; era como si hubiese vuelto a ser joven. Luego echó un vistazo a su alrededor. ¿Dónde estaba?
—¡Madre!
Giró a su espalda, habiéndole llamado la atención aquella voz que no oía desde hacía mucho tiempo. Se trataba de Fusu, su hijo mayor que había acabado con su vida por una falsa carta que supuestamente provenía de su padre.
—Se ve... muy joven...— mencionó el muchacho, sorprendido al verla darse vuelta. Después de todo, la había reconocido por esas vestimentas que eran sus favoritas al estar frente a muchas personas.
—Fusu...— extendió una mano para acariciar una de sus mejillas, sonriendo y sintiendo sus ojos llorosos. Luego dirigió la mirada a un lado de él, encontrando los rostros de sus otros hijos confundidos —Huhai, Huayang y los demás... Están todos aquí... ¿Dónde estamos?
—No lo sé, madre...— respondió su segundo hijo, Huhai, o también conocido como Qin Er Shi.
—¿Y su padr-...?
—¡Este es el momento que he estado esperando durante mucho tiempo!
Fue interrumpida por la exclamación proveniente de un ser que llamó la atención de la familia, que estaba parado en el centro de aquella gran arena, mientras que estaban ellos en la zona de espectadores.
—¡El momento de soplar el Gjallarhorn!
—¿El qué?— preguntó el menor de sus hijos, viendo sin comprender a ese ser, al tiempo en que el mayor le pedía silencio.
—¡El momento de levantar el telón del Ragnarok se acerca! ¡¿Están todos listos para eso?!
¿A qué se refería?
Por lo siguiente que escuchó, entendió que era una pelea de humanos contra dioses. ¿Cómo podía ser eso posible?
—¡¿P-primera Emperatriz de la dinastía Qin?!
Volteó junto a algunos de sus hijos a ver a varios hombres que habían girado a mirar sorprendidos a ______.
—¡Nuestros ojos se iluminan al tener la presencia de la Primera Emperatriz frente nuestro!
Apenas pudieron hacer una reverencia por el poco espacio que había entre ellos.
_____ realizó un movimiento de cabeza, correspondiendo a aquel halago como en algún momento el maestro Mao le había enseñado días antes de su casamiento.
—¿Y ustedes, nobles hombres, quienes son?
—Somos emperadores que les siguieron a usted y al Primer Emperador de China— comentó uno.
—Es tan resplandeciente como los dibujos que quedaron de usted— mencionó otro.
—¡También se encuentra su hijo, el segundo emperador de la dinastía Qin! ¡Qin Er Shi!— exclamó otro hombre.
Eso sí que era llamativo.
Alzó sus manos, haciendo su mejor intento de calmar a los emperadores que seguían halagando a la familia completa. Cuando lo logró, prosiguió a hablar:
—¿Mi esposo, el Primer Emperador, Qin Shi Huang, se encuentra entre ustedes?
Su vista viajó de un punto a otro, tratando de localizarlo entre aquellos grandes gobernantes. No hacía falta tenerlo presente para saber que al lado de ellos sería pequeño, aunque para ella fuera alto.
—No, su bella emperatriz.
Ante la respuesta, bajó la mirada pensativa a la arena en donde se estaban presentando los dos primeros oponentes. ¿Acaso él... estaría en un enfrentamiento?
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MUJER |Qin Shi Huang y tú|
Fiksi PenggemarSaltar de una realidad a otra tras la muerte de su padre, no era algo que deseaba, pero que temió que quizás sucedería. Y había algo que agravaba la situación: era una mujer. ¿Una mujer entre tantos hombres con años de conocimientos? Pero, fuera qui...