14.- Only you know me the way you know me

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Llega el cumpleaños de Aldo y esté aún esta un poco bajo de ánimo para celebrarlo, sin embargo tiene un novio y varios amigos que lo aman mucho.

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— Bueno chat eso es todo por el directo de hoy, nos vemos mañana, les mando un beso bien tronado en el yoyopo, cuídense.

Y así El Mariana cerró el Stream, listo para salir de personaje y volver a ser solo Osvaldo. Se levanto y fue a la habitación de enfrente y abrió despacio la puerta, dentro su amado novio estaba concentrado jugando War Zone con Filis, Molly y Rivers.

— Muévete pendejo, tengo 3 aquí — Gritaba y gritaba, mientras sus manos se movían salvajemente por su teclado.

Osvaldo sonrió, tomó su celular y le envió un mensaje a Aldo.

Osvaldo: Voy a preparar la cena, te espero en la cocina cuando termines amor.

Y sin más se retiró sin hacer ruido. Se dispuso a preparar una rica cena pero no sabía exactamente que hacer, así que saco su celular para buscar una receta deliciosa.

Pasadas algunas 3 horas, Osvaldo se extraño de que Aldo no haya ido a la cocina, por lo que extrañado fue a su setup a buscarlo, sin embargo este ya no estaba ahí y su computadora estaba apagada. Aún más extrañado caminó a la habitación que comparte con el mayor, encontrándose con las puertas del balcón abiertas mientras las cortinas grises se movían con el viento. El característico olor de los cigarrillos flotaba en el ambiente, haciendo que Osvaldo arrugará la nariz con desagrado.

Al parecer Aldo estaba fumando de nuevo.

Se quedó ahí parado un rato, debatiéndose entre sí debía ir con Aldo o dejarlo solo, sin embargo si en algo conocía muy bien a su chico, era en que siempre es una mala idea dejarlo solo con sus pensamientos, por lo que soltando un fuerte suspiro caminó al balcón y salió, viendo a Aldo apoyado en el barandal con un cigarrillo encendido entre sus dedos, el humo escapando de entre sus delgados labios.

Él nunca había visto a Aldo fumar. Sabía que lo hacía, sin embargo este nunca se había dejado ver, era algo de lo que no estaba orgulloso y no quería que Osvaldo cambiara su forma de verlo solo por esto. Pero ahora que lo tenía aquí ante él mientras aspiraba ese humo cancerígeno y miraba al infinito y más allá no pudo evitar pensar en lo mucho que lo amaba, sin importar qué. Un estúpido cigarrillo no iba a cambiar eso.

— Amor. — Le llamó Osvaldo, haciendo que Aldo se sobresaltará y empezará a toser escandalosamente con el humo mal expirado.

Osvaldo sonrió y lo alcanzó para darle palmaditas en la espalda mientras Aldo tiraba deprisa el cigarro aún encendido.

— ¿No te han dicho que debes apagar el cigarrillo antes de tirarlo? — mencionó casualmente Osvaldo, sus manos aun sobre la espalda del más bajo. — Podrías ocasionar un incendio.

— Lo siento. — respondió Aldo con la voz gruesa y entrecortada, resistiendo el impulso de seguir tosiendo.

— ¿Por qué te disculpas amor? — preguntó Osvaldo con una sonrisa extrañada.

— Se supone que ya había dejado el cigarro hace seis meses. — respondió sin mirarle, avergonzado por haber caído de nuevo en el vicio.

— Es normal recaer, puedes volver a empezar cuantas veces sea necesario siempre y cuando no te rindas, yo siempre te voy a apoyar. — expresó el más alto, apretando su hombro.

Aldo levantó su mirada por fin, encontrándose con los ojos amables de Osvaldo. Este le sonrió y se acercó para besar sus labios despacio, saboreando el tabaco en los labios del moreno. Cuando se separaron se sonrieron con cariño.

Love me until I love myself • [Aldoriana] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora