EPÍLOGO

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⚠️ || Diferentes escenas del futuro de nuestros protagonistas, por lo que habrá varios saltos de tiempo importantes || ⚠️

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2026

Se encontraba parado al final del pasillo que conducía al recinto donde se llevaría acabo su boda, sus manos sudaban horrible mientras sentía sus rodillas temblar, lo único que quería era poder distinguir la cabellera de Osvaldo entre la multitud que era la marcha nupcial y ver su lindo rostro para comprobar por si mismo si quería esto tanto como el mismo.

No lo había visto desde anteayer ya que sus madres insistieron en seguir la tradición de que los novios no debían verse antes de la boda y ayer habían sido llevados a diferentes lugares a festejar su despedida de soltero. Osvaldo había sido llevado por Rivers, Ari, Ama, Komanche, Comandito, Spreen, Carrera y Quackity, mientras Aldo había salido con Roier, Rocio, Juan, Filis, Molly, Patty, Caprimint y Puvlo.

Tragó el nudo de nervios cuando sintió el toque tranquilizador de su madre junto a él.

— Tranquilo hijo, solo te vas a casar no te vas a morir. — Aldo bufó, después le sonrió a su madre a modo de disculpa.

— Eso mismo me repito, pero aún así estoy horriblemente nervioso. — Frotó sus manos contra la tela de su smoking y su madre le dió un manotazo. — ¿auch?

— No te limpies el sudor con tu traje, mejor ten esto. — de su cartera saco una servilleta desechable y se la tendió. — No querrás arruinar tú traje antes de la ceremonia.

— Dale un respiro mamá, ¿no ves que parece que esta a punto de vomitar? — Respondió Armando divertido.

— ¿Ya están listos todos? — preguntó la organizadora asomando su cabeza por entre las puertas dobles de roble que daban entrada al recinto donde se llevaría acabo la ceremonia.

— Si ya estamos nosotros. — respondió Osvaldo, encabezando la marcha junto a su madre y su padre.

— Si ya todos estamos Nayeli, empecemos antes de que Aldo se desmaye. — respondió su madre mientras le ofrecía su brazo a Aldo para que lo tomara.

Ambos se enderezaron bien en su lugar en la fila de la marcha nupcial y tomaron un respiro ondo cuando las puertas fueron abiertas y la música del cuarteto se hizo escuchar.

A lo lejos pudo ver como entraba Osvaldo del brazo de su madre, su traje negro pulcro y a la medida se le veía espectacular y lucia tan tranquilo y sonriente, no como él mismo que parecía que le habían matado al perro.

— Relájate hermanito, — habló su hermano a su espalda dándole una palmada en su hombro. — solo te vas a casar, no a firmar tu sentencia de muerte.

— Armando... — siseó su madre en voz baja. — este no es el momento para hablar de eso.

— Solo estoy tratando de animarlo... — respondió al instante el hermano mayor con las manos en alto.

Siguieron avanzando hasta que llegaron a la puerta de entrada, Nayeli les hizo un gesto para que se detuvieran un momento mientras terminaban de avanzar los padrinos. Sonrió cuando vió a su sobrino de dos años y a la niña de un año de Ari y Juan caminar juntos tirando pétalos de rosas por el pasillo. Se veían tan adorables en esos mini trajes y apenas pudiendo caminar.

Apenas todos estuvieron en su lugar y el pasillo se despejó Aldo pudo visualizar por fin a Osvaldo.

Se veía tan malditamente perfecto parado al pie del altar, vistiendo ese traje costoso a la medida y sonriéndole como si su vida dependiera de ello. Su aliento se cortó y ya nada más importó. Vagamente fue consiente de la mano de Nayeli indicándole que avanzará y así lo hizo, caminando despacio rumbo al altar junto al amor de su vida, quien le sonreía entre lágrimas.

Love me until I love myself • [Aldoriana] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora