1.- Let's ruin the friendship ✅

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Hace un par de años atrás, cuando Osvaldo empezaba a despegar como "El Mariana" y sus Streams apenas llegaban a los 10k, Aldo y él eran muy buenos amigos, casi que los mejores. Aún no se habían conocido en persona, ya que Aldo vivía en Aguascalientes con sus padres al igual que Osvaldo, pero las ganas sobraban.

Sin embargo conforme fueron creciendo en Twitch, y ambos empezaron a ganar mejor, empezaron sus planes de independizarse, Osvaldo quería comprarse el coche de sus sueños y llevarse a sus mejores amigos en él mientras que Aldo sólo quería comprarse una casa propia.

Ambos soñaban ya en grande, sin embargo había algo que Osvaldo anhelaba primero que nada...

— Oye wey, ¿y si vienes a mi casa para conocernos y hacer un stream especial juntos? — Preguntó el más alto una tarde mientras hablaban por videollamada en Discord.

— Fijate que no es mala idea cabron, realmente tengo muchas ganas de conocerte en persona y–

— ¿Hacerme el sexo? — Interrumpió el más joven, Aldo se rió fuerte mientras sus mejillas se sonrojaban.

— Ay pinche Osvaldo, eres un naco y un estupido. — se quejó el moreno, haciendo reír al otro ya para ocultar sus sonrojos, y es que desde hace un par de meses que la tensión entre ambos se podía cortar con un cuchillo gracias a ese tipo de chistes y coqueteos rancios.

Y es que a Osvaldo le comenzaba a atraer mucho Aldo; su sonrisa, su complexión que lo único que hacía era querer abrazarlo, y su voz, joder su voz era lo mejor.

— Bueno culon, ¿entonces cómo quedamos? — Preguntó Osvaldo volviendo al tema importante. Frunció el ceño al ver a Aldo en su celular sin prestar atención, ¿lo estaba ignorando ahora? ¿será por el chiste?

Verga de buey.

— ¿Pendegeo? — Aldo levantó un dedo indicando que lo esperará, Osvaldo guardó silencio y esperó.

Cuando Aldo levantó la vista de su celular le regaló una de sus sonrisas de millón de dólares que hacían a Osvaldo derretirse de afecto por él.

— Listo, asunto arreglado. — Comentó a la ligera mientras mostraba la pantalla de su celular por la llamada a Osvaldo.

— ¿Qué esta arreglado pendejo? — preguntó el más joven acercándose a la pantalla y viendo una página de una aerolínea. — no mames cabron, ¿ya compraste los boletos para venirte?

— No pendejo, solo compré los boletos para ir a Monterrey, ya eso de venirme me ayudarás cuando llegue la siguiente semana. — Aldo seguía sonriendo enorme mientras Osvaldo estaba en shook, aún no podía asimilar que iba a conocer en persona a su mejor amigo por el que sentía cosas para nada fraternales.

— No mames cabron... eres increíble. — murmuró Osvaldo con una pequeña sonrisa.

— Lo sé, a veces soy una cosa bárbara. — Ambos se rieron y siguieron platicando un rato más.

Pasada la semana y llegando la hora señalada, Osvaldo se dirigió al aeropuerto para poder recibir a Aldo. Estaba nervioso y emocionado a partes iguales ya que aún no podía creer que al fin iba a conocerlo en persona.

Apenas encontró un lugar para estacionar, bajo de su auto y entró al edificio, saco su celular y vio que aun faltaba 20 min. para que el vuelo llegará y más lo que hacían preparando todo para que sus pasajeros bajen, etc etc. definitivamente faltaba un buen de tiempo, por lo que decidió acercarse a la pequeña tienda de Starbucks que había en el aeropuerto y comprarse un café para luego ir a centarse a una banca a esperar.

Love me until I love myself • [Aldoriana] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora