Capítulo 8

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/F-R-I-E-N-D-S/

Ran Haitani.

Magníficos.

Así describiría los últimos días conviviendo con la fémina. Días que obviamente aproveché para conocerla aún más.

Rasgos de su personalidad que me cautivaron fueron su amplio conocimiento en varios ámbitos académicos, como la medicina y la literatura.

Anteriormente mencioné su pasión por los cubos de Rubik y, por lo tanto, le acabé comprando uno. Sin embargo, acabó aburriéndose de este por su simpleza y facilidad para armarlo, así que tuve que comprarle el Megaminx, un cubo rompecabezas con forma de dodecaedro con 12 caras y 11 piezas cada uno. Aún recuerdo lo adorable que se vio cuando sus hermosos ojos ámbar brillaron al ver el rompecabezas.

Dejando eso de lado, tuvimos tiempo de discutir y debatir varios temas polémicos de la actualidad. En medio de nuestro pequeño debate, ella confesó que era una persona con conductas misándricas* interiorizadas desde la niñez. He ahí una de las tantas razones por las que apenas tenía amigos. También confesó que quería cambiar eso, que no le gustaba esa parte de ella, pero que no lo podía evitar, por lo que tuvo que vivir con ello y ateniéndose a las futuras consecuencias.

Fue justo en ese instante en el que me di cuenta de porqué su agresividad hacia mí aún cuando le había ofrecido todas las comodidades posibles. Obviamente también estaba presente el hecho de que a ella no le hizo ninguna gracia mi reacción en la primera noche juntos. En cambio, ella misma me confirmó que el problema nunca fui yo por mi manera de actuar o de dirigirme a ella, simplemente era por ser un hombre.

"Ahora entiendo cómo se sienten las mujeres ante el machismo."

Sentí pena por oír aquello sobre ella. Sin embargo, lo que ella más detestaba era causar ese tipo de sentimientos hacia las personas a las que les contaba de su vida. Por lo tanto, decidí tragarme lo que sentía con tal de no hacerla enojar o molestarla.

A pesar de aquellos pequeños defectos, tenía cualidades increíbles que no creía que podía tener alguien de su carácter. Era una persona tranquila, pacifica y, por lo general, prefería resolver los problemas hablando. Su personalidad se caracterizaba por su excelente elocuencia, con una habilidad de oratoria que perfeccionó en sus años de universidad hasta acabar siendo la profesional que es hoy en día.

También me dejó en claro su disconformidad con la ropa que le había elegido y colocado en su armario. Honestamente, me decepcionó un poco puesto que pensaba que se vería hermosa con los trajes de Louis Vuitton o los bolsos de Gucci que le había comprado. En cambio, ella hizo el esfuerzo de decidir quedarse con uno en su armario y, para mí fortuna, eligió el que mejor se ajustaba a sus curvas. En mi opinión, Marilyn Monroe no era nada comparado a ella. Aunque para gustos colores, supongo.

Volviendo a la actualidad, ambos nos encontrábamos en el salón sentados en uno de los tantos sofá, viendo un reality show donde las parejas que participaban debían de poner a prueba su fidelidad ante los tentadores, encargados de hacerles cambiar de opinión a las parejas.

—Kanao es estúpida. Vio como su novio, Tanjiro, le fue infiel con esa tal Aoi. ¡Y aún así lo perdona!— decía con un tono de total indignación, mientras comía su ramen instantáneo.

—Sacando lo positivo de todo, Inosuke ya no sufrirá por Aoi, después de haber visto la clase de persona que es.

—¡Exacto, Ran! Y mientras que aquí todos son unos pordioseros infieles, mi querida Mitsuri se ve cada vez más adorable junto con Iguro. ¡Eso, señores! ¡Eso es amor! — golpeó el sofá unas cuantas veces a modo de expresar su emoción, lo cual se me hizo terriblemente divertido. —Aprendan de ellos, cabrones.

𝘏𝘢𝘮𝘦𝘵𝘴𝘶 |  •𝘙𝘢𝘯 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora