𝘏𝘢𝘮𝘦𝘵𝘴𝘶 | •𝘙𝘢𝘯 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 (HIATUS)

Capítulo 10

/New friends and an enemy/

₮Ran Haitani

"Mierda, pensé en voz alta."

Verla así de arreglada era una completa bendición para cualquiera que la viera. Es cierto que no tenía un pecho o figura más marcada. Sin embargo, con solo su altura y lo ceñido que le quedaba el vestido, podía hacer a cualquier hombre babear del hambre y deseo.

Con ese vestido, pude darme cuenta que su cuerpo poseía unas curvas ligeramente notorias y, para fortuna de ella, un busto del tamaño ideal para su edad.

"En pocas palabras, estaba perfecta."

—Tierra llamando a Ran, ¿estás ahí? Dios, es la última vez que me pongo un vestido.

Cuando quise darme cuenta, ella ya estaba frente a mí, agitando su mano en el aire frente a mi rostro intentando devolverme a la realidad.

—¡Estás impresionante, Aiko! Me sorprende la belleza que ocultas en esa personalidad estoica pero...—bajé mi mirada a sus pies, comprobando que ella llevaba zapatos de tacón.—¿No crees que exageraste con la altura de los tacones? Te ves demasiado alta.

—Ran...— el sonido de la palma de su mano impactando en su frente se hizo de escuchar, queriendo decirme lo estúpido que era.— Yo soy muy alta, gracias a los genes de mi padre. Mido 1'83 metros.

Me impacté al darme cuenta de dos cosas. La primera, ella era ridículamente alta para ser mujer, después de haberme informado en que la altura promedio de una mujer no supera los 1'75 metros. Y lo segundo, ¿cómo no me di cuenta antes?

Restándole importancia a la segunda, sonreí abiertamente, divertido por la situación que me esperaba que ocurriera en cuanto llegaran los invitados. En cambio, si quería hacerla realidad, debía de cambiar algo.

—¿Podrías ponerte unos zapatos planos? Que solo se vea tu altura original, si es posible.

—Vale...supongo.— con la confusión grabada en su mirada, se marchó de vuelta a la habitación, volviendo minutos después con unas bailarinas doradas acabadas en punta.

—¿Así está bien?— asentí efusivamente a su pregunta cuando el timbre de la puerta sonó, anunciando la llegada de los invitados.

"Esto va a ser muy divertido."

৳Aiko Fujimori.

"Esa sonrisa me da mala espina."

Me advertí a mi misma. No entendía porqué el cambio de calzado, pero lo prefería así. Los tacones son una tortura, y más si nunca los has usado. Miré a mi alrededor y pude notar como es que los sirvientes habían hecho un trabajo excelente con la preparación de los aperitivos. Aún siendo simples snacks y bebidas que nunca había visto, lo habían dejado como si fuera digno de un restaurante de cinco estrellas.

Ran y yo nos pusimos en alerta en cuanto sonó el timbre de la puerta. Mientras que yo me acomodaba en uno de los sofás y practicaba mi sonrisa más decente, el contrario no quitaba la suya de su rostro, abriendo la puerta con ansías de ver cómo sería el desenlace de esta noche.

—Hola hola~— un pelirrosa con voz alegre se hizo notar en el lugar.

Venía con un peinado tipo mullet con la parte de atrás más larga, la cual le llegaba hasta los hombros. Su forma de vestir se basaba en un traje formal azul violeta con una corbata negra a rayas rojas. Cuando procedió a darle un apretón de manos a Ran, pude notar un tatuaje, de lo que podía suponer era el de Bonten, en su antebrazo derecho. Pero lo que más se hacía notar de él eran las cicatrices que adornaban sus labios en los bordes.