Capítulo 14

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/Confident/


৳Aiko Fujimori.

Es la hora.

Miraba impaciente la ventana de la habitación, observando como todos los sirvientes se marchaban de la casa después de haber finalizado su jornada laboral. Había dejado todo preparado para empezar con la nueva misión, dejando de lado la idea de conseguir la información del agente después de haber visto lo que vi en la pantalla del portátil.

El sonido de la verja cerrándose definitivamente fue mi señal para comenzar con todo. Ya no había vuelta atrás. Caminé a pasos apresurados hasta el vestidor, donde encontré todos mis trajes y, por supuesto, ese endemoniado vestido rojo. Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral al recordar todo lo sucedido con ese vestido, sin embargo, hoy más que nunca lo necesitaba y, dicho esto, lo saqué del perchero y lo tomé entre mis brazos.

Ya preparada, observé mi figura en el espejo, acomodándome la ropa y el cabello algo desordenado, fijando mi vista completa en el cabestrillo de mi brazo izquierdo. Obviamente si iba a una misión de alto riesgo, no podía permitir que se me viera como alguien vulnerable. No, debía de aparentar ser lo más fuerte posible por lo que, y con suma delicadeza, retiré el cabestrillo y lo dejé apartado encima de la cama. Era más que evidente que ahora estaba en riesgo de acabar siendo operada del hombro si no cuidaba mis movimientos, pero mientras tuviera el hombro inmóvil y no hiciera movimientos bruscos, todo iría bien.

Cuando ya tenía mi apariencia arreglada, tomé el cabestrillo y lo llevé conmigo hasta la sala de cine que se encontraba en la planta baja de la mansión, lanzando este a uno de los sofás y cerrando la puerta con llave desde fuera y, lo más importante, colgar en el pomo de la puerta el letrero No molestar.

Con esto ya finalizado, tomé el teléfono con el rastreador implantado y lo dejé en la mesita de noche del cuarto. Si quería que todo saliera bien, debía de hacer creer a Ran que no había salido de casa. Por lo tanto, y en el hipotético caso de que él llegara antes que yo, si veía el teléfono, pensaría que estoy en la casa. Sí, lo sé, esta tapadera es arriesgada y podría estar ahora mismo cavando mi propia tumba, pero el problema en el que estaba hundido todo Bonten requería de mi desobediencia.

Caminé con extremo silencio hasta la parte trasera de la mansión. Por mucho que se hubieran ido los mayordomos y las mucamas, los guardias de seguridad siempre estaban aquí, y me apuesto un ojo de la cara a que Ran les dió la charla para que no me escapara y me mantuviera vigilada. Para fortuna mía, no es que ellos fueran inteligentes ni nada por el estilo, ya que dejaron la zona trasera totalmente desprotegida, por lo que fue fácil escabullirse desde esa zona.

En cuanto ya estuve varios metros alejada de la mansión, saqué mi celular personal para observar en plano real el camino que debía seguir para llegar a Chiyoda.

"8 minutos, no está tan lejos."

Ya con todo zanjado, emprendí el camino hacia mi destino, con la vista fijada al frente y mi mente trabajando en varias estrategias de combate por si se daba el caso de recurrir a la fuerza.

—Menos mal que le tomé prestada la barra de metal a Ran.

₮Ran Haitani.

Luego de tener el completo apoyo de Rin sobre el asunto de Obake, ambos decidimos seguir hablándolo en su Pent-house, la cuál no quedaba tan lejos de donde nos encontrábamos. Durante el camino ambos íbamos en silencio, observando el paisaje sin perturbar la paz del otro, hasta que él decidió romper esa tranquilidad.

—¿Cómo fue la mañana con Aiko?—suspiré luego de escuchar eso, sin hacer contacto visual con el menor.

—Teniendo en cuenta que no me dirige la palabra para nada, por el resto bien—. le respondí sarcásticamente.

𝘏𝘢𝘮𝘦𝘵𝘴𝘶 |  •𝘙𝘢𝘯 𝘏𝘢𝘪𝘵𝘢𝘯𝘪 (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora