Orquídeas para mi esposo [Yooseok/Sope]

19

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Un amor que se quiere confirmar.

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Silencio, ese abrumador silencio que solo te deja escuchar tu propia respiración.

¿Desde hace cuánto ha estado sentado aquí?

Hace rato que había llegado al departamento que ese hombre le había obsequiado, y lo único que había hecho desde ese momento fue sentarse en uno de los sillones mientras observaba un cuadro de los tantos que él mismo había colocado en la pared de la sala.

Ese tenía un paisaje, un paisaje de un bosque con un camino justo en el centró, un camino que estaba repleto de pétalos rojos y morados, los árboles que estaban a los lados estaban cubiertos de verde desde sus raíces hasta las crecientes ramas gruesas que daban paso a las hojas de primavera. Ese camino de pétalos era hermoso, era uno de sus cuadros favoritos a pesar de que el señor Min se lo haya regalado a veces se ponía a verlo como lo estaba haciendo justo ahora, en silencio mientras se preguntaba a dónde llegaría ese camino, o si él podría caminar sobre él.

Después de tiempo busco acerca del bosque en el cuadro y después de una vasta investigación descubrió que ese camino no era un camino, si no un largo lago a través del bosque que se cubría de los pétalos de las flores cada otoño. Se sintió decepcionado y tonto después de eso, al parecer aunque lo intentará el jamás podría llegar a ningún lado caminando solo a través de ese camino jamás, pues siempre se terminaría ahogando en las profundidades de ese lago.

Su existencia lo hacía sentir inútil y patético.

Cuando la puerta del departamento se abrió solo moví un poco mi cabeza para ver quién era, Yoongi entró y tenía una expresión preocupada que no me importó mucho ya solo sentía odio por el.

- Jimin. - Me habló después de poner su mano en mi hombro, cosa que me repudio tanto que solo lo alejé no cabe de más decir que él se miraba sorprendido.

- No me toqué.

- ¿Qué te pasa?

- Que ahora se de su vida, lo que ha hecho sufrir a su esposo y por qué se ha portado tan bien conmigo. - Decía mientras me paraba y lo miraba a los ojos, esos ojos que ni por un instante me dejaron de mirar, ni siquiera sabía qué expresión tenía ahora no podía descifrarlo. - No crea que soy como los otros.

Y pensar que creí que esos ojos me pudieron ver con ternura alguna vez.

- ¿De qué hablás?

- ¿Cómo pude pensar que su ayuda era por bondad? - ¿Cómo pude olvidar las palabras de mi papá? En este mundo todos siempre esperan algo a cambio.

- Calla no sabes lo que dices.

- Aquellos que iban al cabaret de mi padre eran mejor que usted.

- No sigas Jimin por favor.

- Si, al menos no se la daban de caballeros como…

- ¡Calla hijo!

El silencio de nuevo dominó el lugar, lo cubrió por completo como una manta que tapó mis oídos. No sé cuántos pasos de hacia atrás pero me aleje, me quería alejar.