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Un sabor dulcísimo, una comunión.
Una nueva forma de abrir el corazón. 

♡◇♡

Sus pies seguían moviéndose sin descanso, el frío de la noche calaba en todo su cuerpo pero ninguno parecía querer detenerse. Jimin cayó sobre el duro pavimento un rato después de seguir corriendo, se había tropezado con algo pero ni siquiera se preocupó en mirar con que lo hizo.

Estaba cansado y con frío, su cabeza estaba confusa y ya no sabía qué hacer. Ya no tenía a dónde volver ni a quien recurrir por más que intentará negarlo. Estaba solo y tenía miedo.

Esa absurda fantasía de tener una familia parecía tan lejana, que por más que intentara estirarse hacia ella no lograba ni rozarla con la punta de sus dedos.

- Jimin, ¿Estás bien? - Esa voz lo asustó y se levantó con rapidez y torpeza, mientras miraba a aquel hombre frente a él.

Hoseok se miraba cansado y con la respiración irregular, se notaba que lo había seguido desde un inicio pero aún se ponía a preocuparse por alguien más que por sí mismo.

- Yo no lo sé. - Respondió intentando incorporarse con dificultad, manteniendo la cabeza abajo, no tenía la valentía de mirarlo a los ojos después de causarle daño a esa persona. - Lo lamento.

- Lamentarlo, Jimin tu no necesitas lamentar nada. - Dijo acercándose, el menor se quiso alejarse pero Hoseok no se lo permitió, lo tomó del brazo y lo guío hacia una banca cerca de ahí.

Se sentaron y con lentitud retomaron su respiración normal, eso ayudó a mirar con más claridad el lugar donde se encontraban. Era un parque hermoso, el parque del lago Seokchon en realidad, este estaba repleto de árboles y arbustos que florecen cubiertos de pequeñas flores blancas y rosas, totalmente iluminado de luces sin dejar un rincón sin luz.

Desde donde estaban sentados se podía ver a lo lejos una maravillosa vista de la torre más alta de Seúl.

- Aún así lo siento, por mi culpa. - Dijo Jimin mirando al hombre a su lado, era un Omega de eso estaba consciente pero daba un porte tan brillante y dominante a la vez que lo intimidaba un poco. - Por mi culpa, por mi existencia, usted y su esposo…

- Eso es lo que quisiera saber, ¿Que tanta importancia tienes tú en todo esto? - Preguntó Hoseok sin mirarlo parecía tan concentrado a su alrededor que en Jimin cómo si estuviera luchando consigo mismo para mantener la calma, esa pregunta parecía estar dirigida más a él que para el chico a su lado. - Nada es tu culpa Jimin.

- Leí en el periódico que se separan, el Señor Min y usted. - Hace dos días exactamente había leído eso en uno de los periódicos que el Señor Kim compraba y nunca leía, lo había dejado como siempre sobre la mesita de la entrada.

No mencionó nada a nadie, ni siquiera al señor Kim, pues temía que se enterara que por su culpa había pasado aquel hecho lo echará de su casa.

- Jimin, ¿Te importa eso a ti? - Pregunto Hoseok a Jimin, mirándolo sin fin, esos ojos tan brillantes de miraban tan lejanos, que Jimin instintivamente quiso abrazarlo.

- No quiero que sufra por mi causa lo que sufrió mi papá, siempre despreciado, arrojado de la sociedad… solo por la falta de un esposo.

Con solo recordar la horrible vida que pasó su papá no podía ni siquiera retener las lágrimas, nadie se merecía una vida tan cruel, pero esa es siempre la carga que los omegas tienen en pasar esta sociedad. Y más los que no tienen pareja.

Orquídeas para mi esposo [Yooseok/Sope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora